con papel y pluma en mano,
recuerdo mi día insufrible
y te escucho.
Dices con suaves susurros
aquello que necesito escuchar
aquello que sólo tu sabes
aquello que me hace volar.
Yo cierro los ojos
no trato de pensar
porque la vida me habla con tus palabras
y yo te escucho.
Das sentencias de juez
y consejos de ermitaño
dices lo que significa todo
y te escucho.
La ciudad grita estruendosa
la vida nunca calla
me sereno entre el ruido de selva
y te escucho.
Mis oídos no saben de palabras vanas
ni de felicitaciones amargas
por eso cuando hablas lo dejo todo
y te escucho.
Yo quisiera estar contigo todo el tiempo
y que escucharas lo que tengo que decir
que dejaras todo de lado y
que me dijeras tiernamente, "yo te amo y te escucho".
FABO
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