lo lleno de tu semilla
para que crezca con el aroma
que da tu esencia.
Yo riego mi campo de ti,
con tus lágrimas y tu sudor,
con tu empeño
y tu rigor.
Yo procuro mi campo de ti,
con el rocío de tus manos,
con el candor de tu mirar,
con la vitalidad de tus palabras.
Yo le doy a mi campo de ti
el fulgor de tu sonrisa,
que lo ilumina todo
y todo lo hace crecer.
Yo cosecho mi campo de ti
y te levanto a cada paso,
te llevo conmigo todo el tiempo
y al final me alimento de ti,
es entonces
que me siento vivo.
es entonces
que me siento vivo.
FABO