sábado, 6 de junio de 2020

Vuelve a mí...

Sus manos recorren mi piel a la distancia,
el frío de su ausencia congela mis sueños
y los deja para después,
para cuando esté ella.

   La noche aluzada por el plenilunio
   me recuerda su pálida y tersa piel,
   y mi boca impura se renueva
   con sólo evocar su nombre en un suspiro.

 Será que la penumbra suena a violines,
 o será que es su voz la que suena a notas
 de un concierto en mi memoria.

    Tal vez sólo sea el recuerdo táctil
    de sus besos repartidos en mi espalda,
    de sus huellas dactilares en mi rostro
    o la idea de que ella aún me extraña.

Es gracioso cómo se siente un vacío
cuando estoy a milímetros de ella
y lo anhelo.

   Es gracioso cómo se siente un vacío
   cuando estoy a kilómetros de ella
   y me mata.

Vuelve a mí, mi bien amada,
 para que el corazón me lata,
 vuelve para que la sangre fluya
y por fin, me regrese el alma.

                                                                                             FABO