A veces suspiro sin razón
y hasta yo mismo me sorprendo
porque hago cualquier cosa
y termino pensando en ti.
Voy por la calle pensando
que la política mal gasta los impuestos
y la inseguridad nos llega a la espalda
y que tu mirada no tiene comparación alguna.
Estoy en le subterráneo
y siento la pobreza a flor de piel
donde mi país se siente derrotado
y extraño tu sonrisa de alivio.
Me siento en mi escritorio
y trato de arreglar un mundo desolado
donde la tragedia se vive a diario
donde tus brazos son refugio verdadero.
Veo la violencia que azota mis calles
y la gente soportando temerosa
de que no suceda nada malo en su trayecto
y yo te rezo a ti mi plegaria milagrosa.
Me entristece el niño abandonado
así como el mendigo en la calle tirado
pienso que el mundo está tirado a su lado
pero recuerdo tu aroma y todo vuelve a la vida.
Siento la necedad de las personas
la incapacidad de los gobiernos
la intolerancia de las clases sociales
pero también siento tu cabello entre mis dedos.
Todos se quejan pero nadie propone
se nos va la vida imaginando en vez de solucionar,
nos quejamos de la miseria en que vivimos,
como si hablando de ella se fuera a cansar y a marcharse.
pero yo no pierdo oportunidad de hablar de ti
esperando evocarte.
Así que el mundo pierde un poco el sentido
y todos buscamos aferrarnos a una razón
la razón que nos hace sentirnos cuerdos
y de todas las razones que yo encuentro
siempre seras la razón de todas.
FABO
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