Pasa el tiempo lentamente,
los segundo son años,
las horas infinitas
y mi espera insufrible.
El reloj juega conmigo
lo miro de frente desafiándolo
y de reojo tratando de sorprenderlo,
pero todo sigue igual.
Trato de manejarlo a mi antojo
pero termina siendo al revés,
el tiempo me tiene a su mereced
y a su capricho.
El tiempo lo es todo
y a su lado soy nada,
su infinito impone
mientras que yo soy un suspiro.
Ese tiempo cruel que no avanza
y me tiene alejado de ti
siendo que quisiera estar contigo
entre cada palpitar de mi corazón.
Miro de nuevo, y lo que veo
no puede ser verdad
en mi mente ha pasado una eternidad
y en sus manecillas sólo un minuto.
Pero el tiempo a pesar de ser eterno
transcurre como una cascada interminable,
fluye y tarde o temprano
me lleva a tus brazos cálidos.
Y de nuevo su crueldad se impone,
te abrazo y siento que ha pasado sólo un minuto
y en realidad llevamos horas así,
amándonos sin tiempo.
Pero juguemos con sus reglas,
que nada más podemos hacer,
extrañémonos por siempre
y amémonos en un minuto,
pero hagamos que ese minuto
se vuelva una eternidad.
FABO