Me gusta tu cabello negro,
como la noche,
liso, sereno,
para perderse en él hasta el amanecer.
Me encantan tu ojos de avellana,
fuertes y tiernos
demostrando que la vida es ambos
a la vez, como tú.
Tus manos suaves como seda,
que no tocan, sino acarician,
todo lo haces tan sutil
que a veces el mundo no lo nota.
Esa piel canela,
tu color cautiva y arrasa miradas,
es inevitable verte cuando pasas
porque eres todo lo que se
pudiera desear.
Con tus labios de cereza,
rojos, dulces,
que incitan a besarlos y morderlos
hasta acabarlos por completo.
Quisiera verte siempre y todo el tiempo
así, guapa y linda como eres
siempre tu al levantarte y antes de dormir.
Pero la forma en la que me gustas más
es cuando te quedas inmóvil e inocente,
mientras te sujeto entre mis brazos
y te digo lo que te quiero.
FABO
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