Hoy quisiera escribirte un tratado serio,
filosófico,
ético
y trascendental.
Pero a veces es un simple latir del corazón
el que no me deja enfocarme en la razón
de todo lo que quisiera explicarme
cuando te digo "te quiero".
He pensado en las respuestas que me das
que casi siempre son respuestas que no pedí
a preguntas que tú sola te haces,
y yo me quedo en la ignorancia de mil razones.
Lo pienso y lo medito,
sé y me queda claro, que quererte es un suicidio
y aún así me lanzo a ese vacío como un trapecista sin red,
no importa la dolorosa caída
mientras por un instante haya surcado el cielo de tu cuerpo.
Me quedo pensando mi razón de ti,
dialogo conmigo, me comprendo y me escucho,
llego decidido a hablarlo contigo;
pero al verte las ideas se nublan, el corazón se acelera
y te veo como el ciclón que viene a destruirme con un beso
y permanezco inmóvil.
Yo que me creía tan reflexivo y cauto,
me pierdo en el sinsentido de quererte
y al regresar sólo a casa, me quedo en la balanza
preguntándome si el quererte será de sentimiento o falta de razón.
FABO