Hoy al levantarme sentí tu ausencia,
noté que mi mano sólo tomaba un almohada
y que mi cara sentía el frío de la mañana
en lugar del calor de tu aliento.
Entonces, en lugar de sentirme desolado,
decidí entregarme a tu recuerdo
ese que tanto bien me hace,
sobre todo a principio de semana.
Recordé tu sonrisa de los lunes,
la que te queda tan bien desde temprano,
la que te hace ser y verte bella
sólo con mostrarla relajada.
Me gusta tu aprensión hacía las sábanas,
tu juego al resistirte a levantarte,
ese rostro limpio sin maquillaje ni prejuicios,
tus ojos a medio despertar tan confundidos.
Te levantas como niña pequeña enojada,
y yo creo que no hay nada mejor en el mundo
que verte por las mañanas malhumorada,
y aún con todo eso,
surge tu sonrisa de los lunes.
Tenemos toda la semana por delante,
tengo toda mi vida por vivirte
tengo mil quehaceres y pendientes
y tengo tu sonrisa de los lunes.
Por eso no me quejo ni me enojo,
la calma me aborda sólo al verte,
todo es perfecto cuando estas conmigo,
cuando puedo ver, tu sonrisa de los lunes.
FABO
lunes, 30 de junio de 2014
De Artemisa y Prometeo...
En mi mente las ideas se mezclan
como vapores emanando de esencias
encerradas en botellas de cristales de colores,
abiertas por el descuido del paso del tiempo.
En ellas se forma tu figura entre la niebla,
se crean caballos y carrozas,
te vislumbras tan altiva y tan certera
con la enérgica mirada de furtiva cazadora.
Te plantas a lo lejos y me observas,
yo inmóvil, me siento acorralado
tras las rocas inexistentes
de un acantilado de realidades.
Levantas el arco y te admiro en tu esplendor completo,
eres luz, fuego y esperanza,
e irremediablemente recuerdo al mundo desolado
que merece vivirte y conocerte.
Me abalanzo hacía ti sin pensar nada,
sólo me motiva el compartir tu existencia
con las almas que no creen en los milagros,
y yo teniéndote tan cerca.
Cruzo entre penas y recuerdos,
entre desengaños y dudas,
atravieso las historias y desventuras,
esperando que el destino no me alcance.
Sé que me atrevo a lo impensable al acercarme,
siento tu candor casi en mis dedos,
por fin logro tocarte y admirarte,
mientras brota la sangre de mi pecho.
Caigo herido por tu certera flecha
y tú me miras con arrepentimiento,
pero recordemos que tú siempre serás mi Artemisa
y yo tratando de ser tu Prometeo.
FABO
como vapores emanando de esencias
encerradas en botellas de cristales de colores,
abiertas por el descuido del paso del tiempo.
En ellas se forma tu figura entre la niebla,
se crean caballos y carrozas,
te vislumbras tan altiva y tan certera
con la enérgica mirada de furtiva cazadora.
Te plantas a lo lejos y me observas,
yo inmóvil, me siento acorralado
tras las rocas inexistentes
de un acantilado de realidades.
Levantas el arco y te admiro en tu esplendor completo,
eres luz, fuego y esperanza,
e irremediablemente recuerdo al mundo desolado
que merece vivirte y conocerte.
Me abalanzo hacía ti sin pensar nada,
sólo me motiva el compartir tu existencia
con las almas que no creen en los milagros,
y yo teniéndote tan cerca.
Cruzo entre penas y recuerdos,
entre desengaños y dudas,
atravieso las historias y desventuras,
esperando que el destino no me alcance.
Sé que me atrevo a lo impensable al acercarme,
siento tu candor casi en mis dedos,
por fin logro tocarte y admirarte,
mientras brota la sangre de mi pecho.
Caigo herido por tu certera flecha
y tú me miras con arrepentimiento,
pero recordemos que tú siempre serás mi Artemisa
y yo tratando de ser tu Prometeo.
FABO
jueves, 26 de junio de 2014
Labios rojos...
La música suena débilmente,
nuestros corazones se escuchan cada vez más fuerte,
tu mirada y la mía se cruzan
y las distancias se acortan.
Tus labios rojos se acercan peligrosamente
y yo me dejo llevar por ese volcán de seducción
perdiéndome en el calor de la lava que expulsas
entre cada respiración.
Poco a poco la temperatura aumenta,
una gota recorre tu frente y desciende lentamente
marcando el camino que mi boca debe seguir,
yo me dejo llevar como un ciego, para perderme en ti.
Tu cuello gira y mis labios le siguen,
de pronto pierdo noción de mis movimiento
quedándome cautivo en los tuyos,
soy sólo un reflejo de tus instintos.
Me pierdo en tus hombros suaves,
en tu huesos delgados, en tu pecho agitado
en tu abdomen plano,
en tu cintura exacta.
Poco a poco los obstáculos desaparecen,
así como el tiempo y el espacio,
sólo tenemos ésta breve eternidad para nosotros
donde buscamos ocupar el mismo espacio
al mismo tiempo.
A media luz te percibo más brillante,
tus manos saben fielmente dónde encontrarme,
mis manos conocen tu cuerpo de memoria,
te recorro toda sin necesidad de un mapa
pues no hay nada como adentrarme en ti.
Por un instante dejamos de ser materia
para volvernos etéreos,
somos las mezcla perfecta
entre milagro y perdición.
La calma llega, y la respiración no la alcanza,
tu cuerpo aún se agita sobre las sábanas de mi piel,
miro tus ojos grandes, miras mis manos temblando,
miras mi expresión exhausta, y sin decir nada,
tus labios rojos se acercan peligrosamente.
FABO
nuestros corazones se escuchan cada vez más fuerte,
tu mirada y la mía se cruzan
y las distancias se acortan.
Tus labios rojos se acercan peligrosamente
y yo me dejo llevar por ese volcán de seducción
perdiéndome en el calor de la lava que expulsas
entre cada respiración.
Poco a poco la temperatura aumenta,
una gota recorre tu frente y desciende lentamente
marcando el camino que mi boca debe seguir,
yo me dejo llevar como un ciego, para perderme en ti.
Tu cuello gira y mis labios le siguen,
de pronto pierdo noción de mis movimiento
quedándome cautivo en los tuyos,
soy sólo un reflejo de tus instintos.
Me pierdo en tus hombros suaves,
en tu huesos delgados, en tu pecho agitado
en tu abdomen plano,
en tu cintura exacta.
Poco a poco los obstáculos desaparecen,
así como el tiempo y el espacio,
sólo tenemos ésta breve eternidad para nosotros
donde buscamos ocupar el mismo espacio
al mismo tiempo.
A media luz te percibo más brillante,
tus manos saben fielmente dónde encontrarme,
mis manos conocen tu cuerpo de memoria,
te recorro toda sin necesidad de un mapa
pues no hay nada como adentrarme en ti.
Por un instante dejamos de ser materia
para volvernos etéreos,
somos las mezcla perfecta
entre milagro y perdición.
La calma llega, y la respiración no la alcanza,
tu cuerpo aún se agita sobre las sábanas de mi piel,
miro tus ojos grandes, miras mis manos temblando,
miras mi expresión exhausta, y sin decir nada,
tus labios rojos se acercan peligrosamente.
FABO
miércoles, 25 de junio de 2014
Confieso...
Me he dado cuenta que la confesión
es un acto donde te encuentras
contra la espada y la pared,
y no hay más remedio que decirlo.
Ante el sacerdote, llegan los fieles
"acúsome padre que he pecado",
diciendo así todo lo que les quita la calma
y el sosiego.
Con la Ley, llegan aquellos delincuentes
confesando sus delitos, sus faltas
sus mentiras
su agravios.
Pues bien, yo hoy también quiero confesar,
y no es que sea devoto o delincuente
sin embargo debe decirlo abiertamente
para que el mundo y tú me juzguen.
Confieso que te quiero,
que no pasa un instante que no aparezcas en mi mente,
que la vida no sabe igual
sin el sabor de tus labios y el perfume de tu piel.
Te confieso ante el velo de la ausencia
que eres motivo de todo cuanto hago y digo
que no hay dolor más grande que tu lejanía
ni medicina más milagrosa que tu existencia.
Te confieso bajo el yugo del martillo de la justicia
que te brindo mis horas enteras, de noche y de día
y que vivo encerrado tras los barrotes de tu recuerdo
que me tiene tan libre para cometer locuras como amarte.
Confieso que creo en Dios, porque eres su mejor milagro,
que eres todo lo que no había querido,
que eres todo lo que había deseado,
sin saberlo y sin notarlo.
Quiero confesar que decir tu nombre
es mi oración de la noche y las mañanas,
es el mantra que me repito para obtener fuerza,
el sonido que limpia mi aura.
Te confieso que aún no decido
si eres bendición o castigo,
si contigo tendré mi paraíso en vida
o si por fin el destino me cobrara mis deudas mal habidas.
Sin embargo, te he de confesar,
que nada puede importarme ya,
que en las noches de tus ojos
me perdería sin importarme el rumbo
porque estaría inmerso en ti.
Finalmente, te confieso,
que yo he de vivir lo que la vida quiera,
mientras tú me quieras,
mientras yo te viva.
FABO
es un acto donde te encuentras
contra la espada y la pared,
y no hay más remedio que decirlo.
Ante el sacerdote, llegan los fieles
"acúsome padre que he pecado",
diciendo así todo lo que les quita la calma
y el sosiego.
Con la Ley, llegan aquellos delincuentes
confesando sus delitos, sus faltas
sus mentiras
su agravios.
Pues bien, yo hoy también quiero confesar,
y no es que sea devoto o delincuente
sin embargo debe decirlo abiertamente
para que el mundo y tú me juzguen.
Confieso que te quiero,
que no pasa un instante que no aparezcas en mi mente,
que la vida no sabe igual
sin el sabor de tus labios y el perfume de tu piel.
Te confieso ante el velo de la ausencia
que eres motivo de todo cuanto hago y digo
que no hay dolor más grande que tu lejanía
ni medicina más milagrosa que tu existencia.
Te confieso bajo el yugo del martillo de la justicia
que te brindo mis horas enteras, de noche y de día
y que vivo encerrado tras los barrotes de tu recuerdo
que me tiene tan libre para cometer locuras como amarte.
Confieso que creo en Dios, porque eres su mejor milagro,
que eres todo lo que no había querido,
que eres todo lo que había deseado,
sin saberlo y sin notarlo.
Quiero confesar que decir tu nombre
es mi oración de la noche y las mañanas,
es el mantra que me repito para obtener fuerza,
el sonido que limpia mi aura.
Te confieso que aún no decido
si eres bendición o castigo,
si contigo tendré mi paraíso en vida
o si por fin el destino me cobrara mis deudas mal habidas.
Sin embargo, te he de confesar,
que nada puede importarme ya,
que en las noches de tus ojos
me perdería sin importarme el rumbo
porque estaría inmerso en ti.
Finalmente, te confieso,
que yo he de vivir lo que la vida quiera,
mientras tú me quieras,
mientras yo te viva.
FABO
miércoles, 18 de junio de 2014
Somos ajenos...
Somos ajenos,
no nos pertenecemos
ni nos debemos nada
somos de caminos diferentes.
No te conozco
ni me conoces
tal vez nos resultemos familiares
pero no más.
A veces he escuchado tú nombre
pero tiene otro rostro
y seguramente
tú ni siquiera has escuchado el mio.
Recorremos el mundo
por lugares distintos
sin importarnos
porque somos ajenos.
No importa que no sepas de mí,
me queda claro,
y si yo llego a saber de ti
será por una mera casualidad.
Hoy olvide que iba a buscarte
a mitad de mi camino,
ya no supe llegar a tu destino
porque nunca me dijiste en dónde era.
Ya no me preocupa el no verte
o el no tenerte
o el que no importe
porque hoy
somos ajenos.
FABO
no nos pertenecemos
ni nos debemos nada
somos de caminos diferentes.
No te conozco
ni me conoces
tal vez nos resultemos familiares
pero no más.
A veces he escuchado tú nombre
pero tiene otro rostro
y seguramente
tú ni siquiera has escuchado el mio.
Recorremos el mundo
por lugares distintos
sin importarnos
porque somos ajenos.
No importa que no sepas de mí,
me queda claro,
y si yo llego a saber de ti
será por una mera casualidad.
Hoy olvide que iba a buscarte
a mitad de mi camino,
ya no supe llegar a tu destino
porque nunca me dijiste en dónde era.
Ya no me preocupa el no verte
o el no tenerte
o el que no importe
porque hoy
somos ajenos.
FABO
Ella me dice que me quiere...
Escucho su voz lejana,
pero linda, tanto como ella,
sólo llamó para decirme que me quiere
y mi mundo cambia.
Es un segundo el que se toma
y es una vida la que me llena,
porque piensa en mi como yo en ella
y mi sonrisa brota espontánea.
Es tan fácil quererla,
que se ha vuelto parte de mi
como respirar o dormir,
es tan sutil y tan necesaria para mi vida.
Me sonríe y pregunta "¿cuándo te veo?",
le contesto que cuando quiera
si verla para mi es tan necesario
que no perdería oportunidad para hacerlo.
Encontrarla fue casualidad,
pero la encontré, o mejor dicho nos encontramos,
no veo ningún motivo para no seguirlo haciendo
si la vida lo quiso así desde un principio.
A veces la lejanía nos impide encontrarnos,
pero hablo con ella sintiéndome afortunado,
y como si aún eso fuera poca suerte,
ella me dice que me quiere.
FABO
pero linda, tanto como ella,
sólo llamó para decirme que me quiere
y mi mundo cambia.
Es un segundo el que se toma
y es una vida la que me llena,
porque piensa en mi como yo en ella
y mi sonrisa brota espontánea.
Es tan fácil quererla,
que se ha vuelto parte de mi
como respirar o dormir,
es tan sutil y tan necesaria para mi vida.
Me sonríe y pregunta "¿cuándo te veo?",
le contesto que cuando quiera
si verla para mi es tan necesario
que no perdería oportunidad para hacerlo.
Encontrarla fue casualidad,
pero la encontré, o mejor dicho nos encontramos,
no veo ningún motivo para no seguirlo haciendo
si la vida lo quiso así desde un principio.
A veces la lejanía nos impide encontrarnos,
pero hablo con ella sintiéndome afortunado,
y como si aún eso fuera poca suerte,
ella me dice que me quiere.
FABO
Yo me voy...
La calle se nota desierta
a pesar de ver mil personas pasar,
mi camino va de frente
y yo voy de frente al camino.
Llevo mi maleta llena de nada,
pues te lo he dejado todo,
¿para qué cargar con recuerdos?
mejor te los dejo para que los remates como quieras.
Miro el reloj, voy con tiempo,
miro el boleto, y sólo pienso en ti,
me hubiera gustado decirte tanto,
sin embargo, tú no ibas con tiempo.
Me acerco a ese nido gigante
lleno de aves de acero,
y me siento a esperar
con la esperanza de que llegues,
pero no lo haces.
No sé si dejarte una despedida,
o tal vez ni siquiera notes mi ausencia,
después de todo jamás notas mi presencia,
por qué habría de ser diferente.
Una voz anuncia mi partida,
me levanto tomando lo poco que me queda,
avanzo al túnel y antes de entrar volteo hacia atrás,
no estas ahí,
pero ya no me sorprende.
FABO
Mi soledad contigo...
Hoy la vida se sentía diferente
sólo por saber que conforme pasaran los minutos
mi pasos cada vez se acercarían más y más a ti,
no había duda.
Los segundos pasan, los minutos,
las horas
y tú no llegas
y yo dejo de esperarte.
Por un momento me siento desolado
todo el mundo pregunta por ti,
todos excepto yo
y qué más queda.
Me acompaño de gente al rededor,
las sonrisas salen, la velada perfecta
y yo sólo puedo pensar en tu ausencia
sin motivos ni razones.
Tanto que decir, tanto que escuchar
y tú no dices nada y yo nada escucho,
parece el juego de siempre
donde tú pones las reglas.
"A todo se acostumbra uno, menos a no comer"
una frase recurrente de mi padre,
y yo me acostumbro a tu ausencia,
menos a no comerte a besos.
Mañana vendrá el sol con su calor,
existirá el mismo mundo por ser descubierto,
habrá un sin fin de posibilidades
y yo tendré una nueva oportunidad para no verte.
FABO
sólo por saber que conforme pasaran los minutos
mi pasos cada vez se acercarían más y más a ti,
no había duda.
Los segundos pasan, los minutos,
las horas
y tú no llegas
y yo dejo de esperarte.
Por un momento me siento desolado
todo el mundo pregunta por ti,
todos excepto yo
y qué más queda.
Me acompaño de gente al rededor,
las sonrisas salen, la velada perfecta
y yo sólo puedo pensar en tu ausencia
sin motivos ni razones.
Tanto que decir, tanto que escuchar
y tú no dices nada y yo nada escucho,
parece el juego de siempre
donde tú pones las reglas.
"A todo se acostumbra uno, menos a no comer"
una frase recurrente de mi padre,
y yo me acostumbro a tu ausencia,
menos a no comerte a besos.
Mañana vendrá el sol con su calor,
existirá el mismo mundo por ser descubierto,
habrá un sin fin de posibilidades
y yo tendré una nueva oportunidad para no verte.
FABO
lunes, 16 de junio de 2014
El libro de Ana...
La lluvia sonaba estrepitosa contra las ventanas, y la noche parecía estar en su apogeo; fue entonces que sonó el timbre, entre sueños le pareció escuchar el típico sonido del llamado a su puerta, abrió los ojos lentamente y fijó su atención en sus oídos, de nuevo la campana, giró hacia la derecha y parpadeando varias veces tomó su reloj; las tres de la mañana, frunció el ceño tratando de imaginar quién podría ser a esta hora y con este clima. Se levantó, se puso la bata y la sandalias, se frotó el rostro tratando de despertarse por completo, prendió la lámpara del buró y la tenue luz de noche alumbraba sólo lo suficiente para poder observar la salida de la habitación, caminó lentamente hacia el interfono, "¿Quién?" , preguntó con su voz algo ronca y le sonó extraña a sí mismo, "Soy yo, Ana", en ese instante sintió el corazón palpitar con la fuerza de mil caballos, si miraba con atención podía notar el movimiento en su pecho, el sudor frío que le recorría la frente, las manos temblorosas y el nudo en el estómago, no había duda, era Ana, pues sólo ella podía provocar esas reacciones con el simple sonido de su voz, de todo el mundo de respuestas pensadas y ensayadas para ese momento sólo pudo responder "Pasa" , el tiempo que le tomó subir los escalones fue de muerte y resurrección por la incertidumbre, ¿A qué venía?, ¿Por qué?, ella había decidido marcharse hacía algo de tiempo, alegando que había alguien más en su vida, no precisamente mejor, pero si era lo que quería por el momento, y no era la primera vez que sucedía, "Soy un tonto, no debo recibirla, no debo hablarle ni ayudarla, cree que siempre estaré para ella y que mi mundo gira en torno a su mundo, sabe bien que es mi sol y yo sé bien que no soy nada, tal vez me quiera o no, tal vez simplemente no tiene a donde ir esta noche y yo como siempre soy su última opción, sin embargo la opción de siempre, el de nunca y el de siempre, el que la ama y al que abandona como un libro que de tantas veces de ser leído pierde el interés hasta que lo encuentras un día de la nada en la repisa, entonces es de nuevo el interés aunque ya sepas lo que dirá, siempre causa expectativa el recordar esos detalles que ya no se tienen tan claros, ese final tan esperado que aún te sigue sorprendiendo, lo amarás, lo disfrutaras, lo sentirás y finalmente lo volverás a poner en el estante, al lado de los otros, y lo dejarás esperando el día en que vuelva a ser leído". La puerta sonó con un tímido golpeteo, puso la mano en la perilla, sin el valor de abrirla, a sólo tres centímetros se encontraba Ana, ...ella..., respiró profundamente y abrió la puerta. Ahí estaba ella, con una pequeña maleta, toda empapada, su cabello negro le caía sobre los hombros escurriendo gotas de agua, la cara también empapada y los ojos lloviendo por dentro; se quedaron mirando por un instante. La última vez que se habían observado de esa manera, ella se dirigía en la dirección opuesta. "¿Puedo pasar?" le dijo con la voz entre cortada por el frío y los nervios, se le notaba en como sostenía la maleta moviendo los dedos, siempre tenía que mover las manos cuando estaba nerviosa, él no dijo nada y sólo se movió de lado para permitirle la entrada, ella entro y se quedó parada junto al sillón azul, el que habían comprado juntos, a él no le gustaba tanto pero a ella le fascinaba, y cómo decirle que no cuando te pedía algo con esa mirada. "Traeré una toalla" dijo mientras caminaba al baño, al sacar la toalla del gabinete, sintió como sus manos temblaban aún más, se miró al espejo, y por un instante notó que una sonrisa se asomaba en sus labios, por qué le hacía tan feliz verla, si ella era la causa de toda su infelicidad, salió y le dio la toalla. Se sentó al lado de ella después de preparar café, ella lo observaba sin decir nada, justo cuando iba a hablar él la detuvo, "No necesito explicaciones, lo que importa es que estás aquí", ella lo miró y se notaba que contenía las lágrimas sólo por el orgullo de no mostrar sus equivocaciones, ella lo sabía bien, él era todo lo que siempre había buscado y cuando lo encontró ya no supo que hacer más que romperle el corazón, con ella era algo inevitable, "¿Por qué sigues estando ahí para mí a pesar de todo?" , le dijo con la mirada perdida en la ventana viendo como las gotas escurrían y hacían figuras con la luz del faro de la calle, "Por la misma razón por la que tú me sigues buscando, a pesar de todo", parecía que la respuesta le caló en lo más profundo, ella sabía que era verdad, sin embargo también tenía presente que volvería a destruirlo al quedarse con él. ¿Y tú por qué crees que regresé?" soltó a manera de no sentir que le ganaban la batalla, ese orgullo, el de siempre, es el que hablaba; él la observo mientras sostenía la tasa de café humeante, "Porque tú mi querida Ana, eres una ávida lectora y yo... yo soy tu libro favorito que colocaste en este estante para que al recordar que amas esta historia pudieras venir a leerlo de nuevo", Ana se quedó sin palabras, "ahora ve a la recamara, conoces todo lo que hay, descansa que mañana volverás a ser la misma", ella tomó su maleta y se dirigió al cuarto, "Tienes razón" le dijo antes de entrar, se detuvo un momento "Gracias", y cerró la puerta, "Gracias a ti, mi querida Ana, por abrir de nuevo esta historia" pensó el, y por fin sus manos dejaron de temblar.
FABO
Le echare de menos...
Quiero contarle que tuve un sueño, de esos que son tan vívidos que al despertar no se está tan seguro si realmente uno ha despertado o tal vez es ahora que estoy dormido. Yo llegaba por usted puntual como siempre, porque para mi perder un minuto de no verla es un sacrilegio que no estoy dispuesto a cometer, la vi salir con su vestido blanco y sólo pude pensar "Dios, debo estar soñando" . Usted tomó mi mano y con esa sonrisa tan única que lleva puesta desde que nació me dijo "Te extrañaba", dígame usted qué puede contestar un mortal cuando un ángel pronuncia esas palabras, de nuevo lanzó su sonrisa pero ésta vez la juguetona, la sensual y como es de entenderse inevitablemente tuve que besarle y sus labios sabían a lo que debe saber el alimento celestial. De nuevo su mirada sobre la mía, y de nuevo yo entregado a usted por completo, por convicción y por obligación ciega como aquel que sigue un ideal desde lo más profundo de su ser; atine a decirle "La quiero" usted puso ese semblante serio, como si hubiera leído el artículo 1° fracción IIIb que habla sobre "...el como la quiero respecto a los requerimientos y estatutos establecidos por la necesidad de tenerla a mi lado todo el tiempo, con premura y necedad..." no necesitó decirme nada más, sólo volvió a besarme, pero esta vez era estampar su firma en tinta roja sobre mis labios mostrando su acuerdo por completo. Miré el camino mientras tomaba su mano, le pregunte nuestro destino y usted me dijo "Estar juntos", que bueno que yo conocía bien esa dirección, encendí el motor y tomé el rumbo. La luz penetró las cortinas y me despertó con un suave arrullo, abrí los ojos y me di cuenta de su ausencia, a veces una triste realidad se disfraza de una hermosa mañana. Espero pasar por usted de nuevo en alguna noche de éstas; por lo pronto le comento que hasta nuestro próximo encuentro, le echare de menos.
FABO
De sentimiento o falta de razón...
Hoy quisiera escribirte un tratado serio,
filosófico,
ético
y trascendental.
Pero a veces es un simple latir del corazón
el que no me deja enfocarme en la razón
de todo lo que quisiera explicarme
cuando te digo "te quiero".
He pensado en las respuestas que me das
que casi siempre son respuestas que no pedí
a preguntas que tú sola te haces,
y yo me quedo en la ignorancia de mil razones.
Lo pienso y lo medito,
sé y me queda claro, que quererte es un suicidio
y aún así me lanzo a ese vacío como un trapecista sin red,
no importa la dolorosa caída
mientras por un instante haya surcado el cielo de tu cuerpo.
Me quedo pensando mi razón de ti,
dialogo conmigo, me comprendo y me escucho,
llego decidido a hablarlo contigo;
pero al verte las ideas se nublan, el corazón se acelera
y te veo como el ciclón que viene a destruirme con un beso
y permanezco inmóvil.
Yo que me creía tan reflexivo y cauto,
me pierdo en el sinsentido de quererte
y al regresar sólo a casa, me quedo en la balanza
preguntándome si el quererte será de sentimiento o falta de razón.
FABO
filosófico,
ético
y trascendental.
Pero a veces es un simple latir del corazón
el que no me deja enfocarme en la razón
de todo lo que quisiera explicarme
cuando te digo "te quiero".
He pensado en las respuestas que me das
que casi siempre son respuestas que no pedí
a preguntas que tú sola te haces,
y yo me quedo en la ignorancia de mil razones.
Lo pienso y lo medito,
sé y me queda claro, que quererte es un suicidio
y aún así me lanzo a ese vacío como un trapecista sin red,
no importa la dolorosa caída
mientras por un instante haya surcado el cielo de tu cuerpo.
Me quedo pensando mi razón de ti,
dialogo conmigo, me comprendo y me escucho,
llego decidido a hablarlo contigo;
pero al verte las ideas se nublan, el corazón se acelera
y te veo como el ciclón que viene a destruirme con un beso
y permanezco inmóvil.
Yo que me creía tan reflexivo y cauto,
me pierdo en el sinsentido de quererte
y al regresar sólo a casa, me quedo en la balanza
preguntándome si el quererte será de sentimiento o falta de razón.
FABO
domingo, 15 de junio de 2014
Ya no por completo...
Te veo frente a mi
y no me canso de observar tu rostro,
eres la misma de siempre
pero ya no por completo.
Te miro y admiro,
sigues teniendo los mismos labios
la misma sonrisa pero te noto distinta
y te siento distinta.
Será que te imaginé tantas veces,
que verte así de frente
hace que mi realidad tan imaginaria
me caiga como lluvia de repente.
Que te quiero, eso es claro,
que me quieres, no tanto,
tal vez hubo un día en que me quisiste,
pero algo me dice que ahora
ya no por completo.
FABO
y no me canso de observar tu rostro,
eres la misma de siempre
pero ya no por completo.
Te miro y admiro,
sigues teniendo los mismos labios
la misma sonrisa pero te noto distinta
y te siento distinta.
Será que te imaginé tantas veces,
que verte así de frente
hace que mi realidad tan imaginaria
me caiga como lluvia de repente.
Que te quiero, eso es claro,
que me quieres, no tanto,
tal vez hubo un día en que me quisiste,
pero algo me dice que ahora
ya no por completo.
FABO
sábado, 14 de junio de 2014
Entre sombras....
Hoy te escribo entre las sombras,
pero no esas que aparecen con un día soleado
detrás de un árbol o un edificio,
te escribo desde las sombras de la incertidumbre.
Esas que son espesas, incómodas,
como mis preguntas mal logradas
que a veces
no merecen tus respuestas.
Hoy te escribo desde las sombras,
sé que sientes mi presencia
pero la obscuridad aliada
me envuelve y tú te quedas en la incógnita.
A caso sabes que soy yo, o lo sospechas,
y te quedas estática, admirando el horizonte sin nada,
yo te tomo de la mano y me sientes,
pero no estás segura de lo que sientes por completo.
A veces quisieras ser sombra como yo,
y no te culpo,
es más fácil amar en el anonimato
que enfrentarse a un "no te quiero".
Yo he tratado de ser valiente,
y en mi sombra me he dejado llevar al sol,
sin embargo me notas por un instante,
en el cual me siento vivo por completo,
pero sólo es un instante y no más.
La luz me lleva, me absorbe
y entonces dejo de ser yo,
me convierto en rayo, en calor, en vida
y yo me entrego por completo,
para que
si acaso tú me notas
me vivas por ese instante.
FABO
pero no esas que aparecen con un día soleado
detrás de un árbol o un edificio,
te escribo desde las sombras de la incertidumbre.
Esas que son espesas, incómodas,
como mis preguntas mal logradas
que a veces
no merecen tus respuestas.
Hoy te escribo desde las sombras,
sé que sientes mi presencia
pero la obscuridad aliada
me envuelve y tú te quedas en la incógnita.
A caso sabes que soy yo, o lo sospechas,
y te quedas estática, admirando el horizonte sin nada,
yo te tomo de la mano y me sientes,
pero no estás segura de lo que sientes por completo.
A veces quisieras ser sombra como yo,
y no te culpo,
es más fácil amar en el anonimato
que enfrentarse a un "no te quiero".
Yo he tratado de ser valiente,
y en mi sombra me he dejado llevar al sol,
sin embargo me notas por un instante,
en el cual me siento vivo por completo,
pero sólo es un instante y no más.
La luz me lleva, me absorbe
y entonces dejo de ser yo,
me convierto en rayo, en calor, en vida
y yo me entrego por completo,
para que
si acaso tú me notas
me vivas por ese instante.
FABO
domingo, 8 de junio de 2014
A su regreso...
Quiero empezar diciéndole que la quiero,
que la extraño y la recuerdo
porque la vida se siente menos viva
al tenerla tan lejos.
Se que pronto volverá, porque éste es su hogar,
en mis brazos y en mi mirada,
sabe usted bien, que aquí es a donde pertenece
y yo se bien que le pertenezco.
El día que usted vuelva a mi lado
lo primero que haré será sentirme vivo,
porque es primavera que llega para dar calidez
a mis días nublados.
Miro su retrato y por un momento
siento que está conmigo
con su sonrisa coqueta
y su vestido de colores.
Yo me quedo observando a cualquier parte para verla,
porque se ha quedado grabada en mi pupila
su figura exacta y perfecta
a la cual le brindo todo cuanto soy y cuanto tengo.
Es usted la isla en medio del mar
en la cual vivo
la que me provee alimento y sombra
la que me deja recorrerla y enamorarla.
Así que por favor recuerde
que aquí espero con ansias su regreso
y no se olvide de traer consigo
esa parte que se llevó de mi.
FABO
que la extraño y la recuerdo
porque la vida se siente menos viva
al tenerla tan lejos.
Se que pronto volverá, porque éste es su hogar,
en mis brazos y en mi mirada,
sabe usted bien, que aquí es a donde pertenece
y yo se bien que le pertenezco.
El día que usted vuelva a mi lado
lo primero que haré será sentirme vivo,
porque es primavera que llega para dar calidez
a mis días nublados.
Miro su retrato y por un momento
siento que está conmigo
con su sonrisa coqueta
y su vestido de colores.
Yo me quedo observando a cualquier parte para verla,
porque se ha quedado grabada en mi pupila
su figura exacta y perfecta
a la cual le brindo todo cuanto soy y cuanto tengo.
Es usted la isla en medio del mar
en la cual vivo
la que me provee alimento y sombra
la que me deja recorrerla y enamorarla.
Así que por favor recuerde
que aquí espero con ansias su regreso
y no se olvide de traer consigo
esa parte que se llevó de mi.
FABO
jueves, 5 de junio de 2014
No me quieras...
No me quieras, no lo hagas,
te lo advierto desde este primer momento
para no escuchar ningún reproche
más adelante en nuestras vidas.
No me beses, no lo hagas,
no pongas tus esperanzas en mis labios
no pongas tu corazón ni tu candor
en ese dulce beso.
No me extrañes, no lo hagas,
no pienses en mi cuando no estés a mi lado
ni pienses en mi voz o en mi aroma
cuando mis brazos no te rodeen.
No me digas que soy tu mundo, no lo hagas,
no sientas que me encontrarás en cada esquina
o que nos encontraremos en el mercado comprando fruta,
no pienses que cada paso nos acerca más y más.
Te pido lo anterior,
porque yo tengo cierta experiencia en todo ello,
porque sé de lo que te hablo
y de lo que callo.
Yo te dije que te quiero, lo hice,
y no es mi intención reprocharte nada
porque lo hice bajo sabiendas
que era sujeto al volado del destino.
Yo te bese, lo hice,
puse mis esperanzas en tus labios,
en tu rostro
mi vida en tu vida, que valía la pena vivirla.
Yo te extrañé, lo hice,
pensaba en ti todo el tiempo y bajo cualquier pretexto,
sentía tu perfume en cualquier parte
y tu voz susurrando como un suave bolero.
Yo te dije que eras mi mundo, lo hice,
pensé que el destino nos pondría en el mismo lugar
por el puro placer de vernos sonreír como un niño inocente,
porque dos personas que se quieren, se encuentran hasta en la sopa.
Y al final, qué más te puedo decir
si lo viviste conmigo y al mismo tiempo
sólo que no fuimos contemporáneos
en el mismo sentimiento mutuo.
Algunos días me sentía morir,
y la muerte se sentaba a mi lado con su vestido negro entallado,
burlándose de este amor, porque no lograba entenderlo
"Este es el amor, mi estúpida muerte" le dije entre risas
y ambos bebimos ese trago amargo de la vida.
Ahora bien, no me quieras, no lo hagas,
a menos de que en algún momento
estés dispuesta a tener pláticas de vida
con quien jamás te entenderá por completo.
FABO
te lo advierto desde este primer momento
para no escuchar ningún reproche
más adelante en nuestras vidas.
No me beses, no lo hagas,
no pongas tus esperanzas en mis labios
no pongas tu corazón ni tu candor
en ese dulce beso.
No me extrañes, no lo hagas,
no pienses en mi cuando no estés a mi lado
ni pienses en mi voz o en mi aroma
cuando mis brazos no te rodeen.
No me digas que soy tu mundo, no lo hagas,
no sientas que me encontrarás en cada esquina
o que nos encontraremos en el mercado comprando fruta,
no pienses que cada paso nos acerca más y más.
Te pido lo anterior,
porque yo tengo cierta experiencia en todo ello,
porque sé de lo que te hablo
y de lo que callo.
Yo te dije que te quiero, lo hice,
y no es mi intención reprocharte nada
porque lo hice bajo sabiendas
que era sujeto al volado del destino.
Yo te bese, lo hice,
puse mis esperanzas en tus labios,
en tu rostro
mi vida en tu vida, que valía la pena vivirla.
Yo te extrañé, lo hice,
pensaba en ti todo el tiempo y bajo cualquier pretexto,
sentía tu perfume en cualquier parte
y tu voz susurrando como un suave bolero.
Yo te dije que eras mi mundo, lo hice,
pensé que el destino nos pondría en el mismo lugar
por el puro placer de vernos sonreír como un niño inocente,
porque dos personas que se quieren, se encuentran hasta en la sopa.
Y al final, qué más te puedo decir
si lo viviste conmigo y al mismo tiempo
sólo que no fuimos contemporáneos
en el mismo sentimiento mutuo.
Algunos días me sentía morir,
y la muerte se sentaba a mi lado con su vestido negro entallado,
burlándose de este amor, porque no lograba entenderlo
"Este es el amor, mi estúpida muerte" le dije entre risas
y ambos bebimos ese trago amargo de la vida.
Ahora bien, no me quieras, no lo hagas,
a menos de que en algún momento
estés dispuesta a tener pláticas de vida
con quien jamás te entenderá por completo.
FABO
miércoles, 4 de junio de 2014
Entre dar y compartir...
Yo quisiera compartirle mis desvelos
mis manías,
mis sueños mal sanos
y mi triste agonía.
Compartirle lo que soy de verdad
porque podría decirle que soy un dechado de virtudes,
sin embargo al paso del tiempo notaría que no es verdad
y se sentiría engañada, como el mundo me ha engañado a mi.
Yo quisiera compartirle ese nudo en el estómago
cuando recuerdo su lejanía o sus palabras o su letra,
quisiera compartirle mi dificultad para separarme de las sábanas
o la facilidad para escribir sobre usted.
Quisiera que se fijara en cada una de mis imperfecciones
y me las hiciera notar, "pero que nariz tan rara" o "tu voz suena graciosa"
yo me reiría sin tomar en cuenta la crítica hacia mi persona
por el simple hecho de que me está observando a detalle
y eso quiere decir que le importo.
Quisiera compartirle mi necedad y mis engaños
compartirle que a veces veo el cielo nublado
y me siento del mismo modo
o la luna clara llenando mi rostro
como un baño de luz que no ilumina.
Me gustaría hacerle notar mis manos pequeñas
en su cintura pequeña
y mis besos grandes
en su espíritu grande.
Le compartiría mis penas y aciertos
mis fastidios, mis enojos, mis decepciones,
le compartiría hasta de mis dulces favoritos
con tal de tenerla cerca.
Pero más que nada, le daría mi tiempo,
aclaro que ese no se lo compartiría,
se lo daría por completo
porque eso es lo único que es realmente poseo,
porque todo lo demás es completamente suyo.
FABO
mis manías,
mis sueños mal sanos
y mi triste agonía.
Compartirle lo que soy de verdad
porque podría decirle que soy un dechado de virtudes,
sin embargo al paso del tiempo notaría que no es verdad
y se sentiría engañada, como el mundo me ha engañado a mi.
Yo quisiera compartirle ese nudo en el estómago
cuando recuerdo su lejanía o sus palabras o su letra,
quisiera compartirle mi dificultad para separarme de las sábanas
o la facilidad para escribir sobre usted.
Quisiera que se fijara en cada una de mis imperfecciones
y me las hiciera notar, "pero que nariz tan rara" o "tu voz suena graciosa"
yo me reiría sin tomar en cuenta la crítica hacia mi persona
por el simple hecho de que me está observando a detalle
y eso quiere decir que le importo.
Quisiera compartirle mi necedad y mis engaños
compartirle que a veces veo el cielo nublado
y me siento del mismo modo
o la luna clara llenando mi rostro
como un baño de luz que no ilumina.
Me gustaría hacerle notar mis manos pequeñas
en su cintura pequeña
y mis besos grandes
en su espíritu grande.
Le compartiría mis penas y aciertos
mis fastidios, mis enojos, mis decepciones,
le compartiría hasta de mis dulces favoritos
con tal de tenerla cerca.
Pero más que nada, le daría mi tiempo,
aclaro que ese no se lo compartiría,
se lo daría por completo
porque eso es lo único que es realmente poseo,
porque todo lo demás es completamente suyo.
FABO
Mi pequeña...
Siento que ya no puedo callar
inconscientemente la vida se asoma
gustosa de mostrarme la realidad donde
otros tiempo y otros días
ponían tus labios en mi boca mientras yo saboreaba
esa entrega tan tuya que ahora recuerdo tan mía.
No puedo evitarlo
siento el latir de tu corazón aún agitado en mi pecho
a veces quisiera seguir sintiéndote mía así como
nunca he dejado de ser tuyo por más que lo intente.
Dedique mi ultima plegaria a olvidarte
otro día, otro tiempo, pedí a Dios que me brindara
entonces el milagro, pero no llegaba y yo
negué la existencia de la dicha para mi.
Todo tiene un tiempo, supuse,
inocentemente te di mi vida a una edad que no entendía
así que mi promesa parecía falsa pero con
un instante bastaría para que notaras que
no pasa un día sin que recuerde tus grandes ojos de verdad.
Que importa lo que me depare el destino
un tormento, o una soledad,
en este momento ya nada me importa
teniendo en cuenta tu partida inevitable.
Usaré lo poco que me queda de cordura,
ya la vida decidirá mi castigo
aunque a veces pienso que mirarte en brazos ajenos
me basta para no querer seguir vivo.
Entonces, ¿que me depara este mundo?
o será que yo creo que aún hay algo para mi,
lo siento si sigo siendo optimista, pero mientras tú
vivas, las esperanza de tenerte en mis brazos, seguirá
implícita en cada día de mi vida.
Dame sólo una mirada, un recuerdo, un lugar
aislado de esta soledad tan demoledora
sintiendo el calor de tu risa inocente
teniéndote como en ese abril de antaño
en donde un girasol, marcaba un año más de vida.
FABO
lunes, 2 de junio de 2014
Rock & go...
El sabor del whisky aún se sentía en mi boca, mezclado con el tabaco y un poco de la esencia de su perfume, Sentía en mi cabeza la banda aun tocando ese rock estridente de los 70's,
como la noche anterior; mi cuerpo se sentía exhausto y fatigado. No quería abrir los ojos, sabía perfectamente que había caído hacia el país de "Nunca Jamás" persiguiendo al conejo ataviado en un vestido rojo sensual, con los labios aún más rojos y la mirada profunda casi oculta bajo el largo cabello negro; recordaba ya entre el velo del ultimo "shoot" que su sonrisa radiante y perturbadora me invitaba a olvidar todo, a abandonarme completamente a su religión donde cada acorde de guitarra me hacía imaginarla con menos y menos ropa, nos besamos al estilo rock & roll, salvaje, loco, agresivo, divertido, sólo éramos ella y yo, la pista y las luces multicolores, las bocinas a todo volumen y los tragos llegando de cualquier parte. Sonrisas y gritos, todos éramos amigo, hermanos sin siquiera haber cruzado una sola palabra, la hermandad se cerraba con el chocar de una copa y gritar "salud", los nombres iban y venía, sin embargo ella seguía a mi lado por más que la multitud la empujaba a marcharse, por un momento la perdí de vista y sentí que mi corazón dejaba de latir; pero al comenzar los poderosos acordes de "Killing Flor" mi propio mesías en la figura de Jimi Hendrix la trajo de vuelta, sentí su brazo sobre mi cuello y los dos dejamos ir todo el furor en un grito. El club cerraba y el sol amenazaba con descubrirnos; subimos al auto y yo sin saber en dónde me encontraba la ame por todo el tiempo que estuvimos juntos. El día lanzaba sus rayos como inquisidores a través de las delgadas cortinas, por fin me decidí a levantarme, trate de asimilar la oleada de ideas y recuerdos que se estrellaban en mi mente, a lo lejos de nuevo Hendrix, caminé hacia la música y la vi medio desnuda frente a la ventana, fumando un cigarrillo y un vaso de nuestro amigo el Sr. Daniel's, me extendió la mano y tomé el vaso aún con hielos; pude observar su tatuaje de un conejo en la nuca y no pude evitar sonreír, la tome de la cintura "me gusta como vives el rock baby" me dijo con esa voz sensual y ronca de trasnoche, "es hora de irme", le dije poniendo mis labios suavemente sobre su oído, ella esbozo una sonrisa "ya sé donde encontrarte", la bese con toda el alma, justo al abrir la puerta pude escuchar como decía... "rock & go baby.... rock & go".
FABO
Decido callar...
Me gusta envolverme en el recuerdo de ti
ese que tal vez ya no sea nada tuyo
y que yo me he formado a través de sueños
y desilusiones.
Me arropo en tu sonrisa inexistente
en tu mirada intangible,
en tu cuerpo de seda, tan suave como el humo
y te escapas de cada uno de mis sentidos,
sin embargo sigues presente a cada instante.
A veces digo tu nombre antes de dormir
pero ya no sé si realmente es tu nombre
o yo lo he inventado para llamar esa claridad
que no termina de cubrirme por completo.
Siento como vibra el viento
con las dulces notas de tu voz a lo lejos,
vuelan y giran como notas de un violín
en el salón de conciertos de mi mente.
Quererte así, de esta manera
tan profunda y verdadera, me lleva a pensar
si estaré viviendo la peor de mis bendiciones
o la mejor de mis maldiciones.
Pero hoy, decido callar
y no decirte nada más por el momento
porque de ser sincero tengo miedo que al llamarte,
sea tu ausencia la que termine por contestarme.
FABO
ese que tal vez ya no sea nada tuyo
y que yo me he formado a través de sueños
y desilusiones.
Me arropo en tu sonrisa inexistente
en tu mirada intangible,
en tu cuerpo de seda, tan suave como el humo
y te escapas de cada uno de mis sentidos,
sin embargo sigues presente a cada instante.
A veces digo tu nombre antes de dormir
pero ya no sé si realmente es tu nombre
o yo lo he inventado para llamar esa claridad
que no termina de cubrirme por completo.
Siento como vibra el viento
con las dulces notas de tu voz a lo lejos,
vuelan y giran como notas de un violín
en el salón de conciertos de mi mente.
Quererte así, de esta manera
tan profunda y verdadera, me lleva a pensar
si estaré viviendo la peor de mis bendiciones
o la mejor de mis maldiciones.
Pero hoy, decido callar
y no decirte nada más por el momento
porque de ser sincero tengo miedo que al llamarte,
sea tu ausencia la que termine por contestarme.
FABO
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