Mi memoria se desprende de tu nombre
sin embargo,
mis labios no dejan de pronunciarlo
como si tuvieran vida propia.
Mis manos sienten tu cintura
y acarician el aire
describiendo la curva exacta
de una cadera inexistente.
Mi nariz percibe tu aroma
en las flores,
en la tierra,
en la lluvia.
Mi piel siente tu calor
en lo más helado de un invierno,
la suavidad de tu rostro
está impregnada
en la punta de mis yemas.
Mi cuerpo no acepta tu partida
y se aferra a ti más que a mí,
mi mente lucha día a día
en una batalla perdida ante los sentidos,
esos que son fácil de engañar.
Pero en las noches,
mi mente rendida
cae a los pies del sueño de tenerte,
hipócrita, y ella que tanto me dice
que ya no debo de extrañarte.
FABO
martes, 19 de diciembre de 2017
domingo, 10 de diciembre de 2017
Tú que das vida...
Tú que das vida
y los ríos nacen de tus venas
y los mares de tu mirar profundo,
la niebla sale del vapor de tu piel
y la lluvia de tus recuerdos futuros.
Que las mañanas nacen
al abrir tus ojos,
que las aves emprenden el vuelo
con el vuelo de tu vestido,
que los árboles se mecen
con la brisa de tu andar.
Las tardes se asoman
bajo tus párpados cansados
y las calles se quedan vacías
cuando tus pasos no resuenan
con el eco de divina creadora.
Tú que llevas el sol en tu vientre
y das a luz al mundo,
que llevas la esperanza de todo
y todo espera por ti.
Tu que das vida,
gracias por darme la mía
por ser ese ser
que lo es todo.
FABO
y los ríos nacen de tus venas
y los mares de tu mirar profundo,
la niebla sale del vapor de tu piel
y la lluvia de tus recuerdos futuros.
Que las mañanas nacen
al abrir tus ojos,
que las aves emprenden el vuelo
con el vuelo de tu vestido,
que los árboles se mecen
con la brisa de tu andar.
Las tardes se asoman
bajo tus párpados cansados
y las calles se quedan vacías
cuando tus pasos no resuenan
con el eco de divina creadora.
Tú que llevas el sol en tu vientre
y das a luz al mundo,
que llevas la esperanza de todo
y todo espera por ti.
Tu que das vida,
gracias por darme la mía
por ser ese ser
que lo es todo.
FABO
miércoles, 29 de noviembre de 2017
Andamos....
Andamos por andar
y nuestros pasos necios
nos llevan al mismo lugar
de donde hemos salido.
Andamos porque podemos
y porque queremos
andamos porque necesitamos andar,
andamos porque nuestro destino nos alcanza.
Andamos porque nos ronda la noche
y el frío hiere hasta el alma,
andamos porque el alma quiere
y su fuego no se apaga.
Andamos a ningún lado
pero andamos, que es lo importante,
andamos a cualquier lado
y los caminos se bifurcan.
Andamos, solos o acompañados,
pero al final del camino
en ese último paso
el andar no terminará.
Andamos, siempre andamos,
rondando el mar y la montaña,
sin detener nuestro paso,
andamos,
aunque nuestro cuerpo no nos siga.
FABO
y nuestros pasos necios
nos llevan al mismo lugar
de donde hemos salido.
Andamos porque podemos
y porque queremos
andamos porque necesitamos andar,
andamos porque nuestro destino nos alcanza.
Andamos porque nos ronda la noche
y el frío hiere hasta el alma,
andamos porque el alma quiere
y su fuego no se apaga.
Andamos a ningún lado
pero andamos, que es lo importante,
andamos a cualquier lado
y los caminos se bifurcan.
Andamos, solos o acompañados,
pero al final del camino
en ese último paso
el andar no terminará.
Andamos, siempre andamos,
rondando el mar y la montaña,
sin detener nuestro paso,
andamos,
aunque nuestro cuerpo no nos siga.
FABO
martes, 14 de noviembre de 2017
A la sombra del árbol....
El día era normal y relajado, un típico día de noviembre que comienza a anunciar que el frío llegará pronto y aun así nos regalaba sus últimas trazas de un cálido sol. Por el camino los pequeños bambúes se mecían con la mano suave del aire y sus hojas silbaban con un tono bajo y esperanzador, su baile era casi hipnotizarte.
Mientras tanto en mi auto la temperatura subía, el sol me abrazaba por completo y las gafas obscuras parecían solo un tenue paño ante tal brillo... una gota de sudor recorría mi frente lentamente, como si reconociera cada surco, cada arruga, cada ínfimo detalle de mi gran imperfección y la conquistara para sí misma, al llegar a mi ceja se despidió con un cosquilleo y murió a causa del dorso de mi mano derecha. La boca un poco reseca y el agua un poco tibia. Exhalé un leve suspiro y giré la cabeza tomando mi cuello para liberar el estrés, el reloj marcaba las 4:17 pm con su pequeño tic tac, como si un insecto minúsculo fuera el que marcaba mi tiempo. La pulsera roja y la de piel con un pequeño cráneo de metal se enredaban al cambiar la velocidad, el motor parecía aletargado, como si el calor lo hubiera sumido en un sopor mundano. Miré a ambos lados del camino casi desértico, ningún auto asomaba ni por ventura, aun así, me tomé el tiempo de girar con suavidad sintiendo la piel candente del volante quemar un poco mis manos, parecía que aún podía sentir algo. Seguí recto por unos metros más y llegué a la dirección. Un lugar solitario, con el sol en pleno y una pequeña banca resguardada en su propio bunker de sombra amablemente proporcionada por un gran árbol frondoso, el cual pareciera ser lo único vivo por ahí. Estacioné el auto a un costado y abrí la puerta, la cual hizo un extraño sonido en sus bisagras como si se hubiera molestado por haberla despertado, descendí y mis pasos se escuchaban arenosos y algo arrastrados. La verdad es que no quería estar ahí pero el destino es inevitable y pensé "qué más da". Me senté en la banca y la sombra me refrescó como si me hubiera transportado en un instante a una selva húmeda, esa sombra era perfecta, me parece recordar que esbocé una sonrisa, pero no estoy muy seguro. Cerré los ojos y disfruté de mi pequeño espacio en el mundo, un pequeño espacio sólo para mí. El ruido de un motor me hizo regresar a ese panorama semidesértico, giré la mirada y pude notar su auto a la distancia, el sol reflejaba el color plata como si una pequeña bala de cañón viniera directa a impactarme... y así era.... de nuevo el reloj 4:32 pm. Su auto se detuvo al otro extremo del mío, que mensaje más claro que el que ni siquiera podamos estacionarnos juntos. "Hola" exclamo con una voz apagada y con calma "Pensé que no vendrías"... Hacía días que no sabía de ella... "yo pensé que no vendría... y henos aquí, sólo he venido para saber qué tienes que decirme" aunque por dentro pensé que en verdad había venido por la sombra de ese árbol... "Pues bien dime, te escucho" lo dije con la voz más satírica que tenía y es que todo el mundo sabe que nada bueno puede salir de una plática que se pacta con un sinuoso y misterioso "Tenemos que hablar". Se sentó a mi lado, pero jamás me observó, sus manos temblaban un poco y sus ojos parecían quebrarse en cualquier instante "Te quiero, lo sabes..." .... "No, no lo sé, ¿me quieres?".... de nuevo pareció que le daba una punzada en la espalda... "Quisiera que la vida fuera diferente, que el universo nos perteneciera y que no tuviera nada más que hacer que quererte, sin embargo, mi vida es todo menos sencilla, es por lo que no puedo darte más de aquello que quisiera, no es falta de cariño de verdad, solo es un poco de ego porque me necesito a mí misma por el momento, por ello no puedo darme a nadie más, lo siento, pero lo mejor será despedirnos"... De ser honesto me sorprendió su sinceridad a quemarropa, esperaba un preámbulo de charla sin sentido, me gustó verla valiente por una vez. Guardé silencio por unos momentos, giré mi cabeza hacia el cielo, el árbol seguía tan fresco... "De acuerdo" dije por lo bajo... "¿No tienes más que decir?"... espetó con algo de inconformidad... "Es claro que tu decisión está tomada, y solo has venido a decirla, si no, tu comentario de apertura hubiera sido eso, apertura, y no conclusión, cuando uno busca un dialogo suelta una hipótesis para ser desarrollada, tú querida mía, has llegado directamente a la conclusión, entonces esto no es un diálogo, es una imposición, y de ser sincero estoy cansado de ello. Te quiero, vaya que lo hago y por ello lo menos que puedo hacer es darte tu libertad a pesar de todo, porque querer de verdad significa dar todo para alguien, hasta darle el sello de salida en su pasaporte de amores olvidados" mis palabras parecieron caerle de sorpresa, no hubo discusión ni malos tratos... "De acuerdo, siendo así, gracias por venir... y por entenderme"... se levantó y caminó... En mi mente sólo pude pensar "Espero que con él sí seas feliz" y al hacerlo pareciese que me habría escuchado pues giró su rostro y por un instante me observó fijamente con sus intensos ojos verdes, aún hoy no sé bien a bien qué tipo de mirada fue la que me lanzó, si de nostalgia, enojo, locura, empatía, remordimiento, culpa...
Tres días antes de que ella me pidiera hablar, por azares del destino me enteré de su nueva situación sentimental, que obviamente era con alguien más... al saberlo el alma me abandonó por un momento, un buen trago del santo tequila calmó todos los demonios que de mí emergían... eso explicaba tantas cosas, así que callé y decidí esperar a escuchar sus motivos... nunca dijo nada sobre el tema... y yo que por un instante la vi tan valiente.
Una última mirada antes de subir a su carro y se esfumó detrás de una nube de fino polvo...
Por mi parte me quedé disfrutando de las nubes que recorrían el cielo sin preocuparse de cosas mundanas como el desamor humano... la sombra era aún fresca, la escena era tan sublime que cerré los ojos esperando que de un tajo la muerte me llevara... no fue así... me levanté y coloqué mis gafas de sol, 5:26 pm en el reloj, de nuevo los pasos arenosos pero esta vez menos arrastrados, es raro, sentía el cuerpo más ligero. Encendí el motor el cual rugió como si me estuviera esperando "al punto", aceleré y sentí el viento jugar con mi cabello, pareciese que el calor me había dado una pequeña tregua... "Tal vez mañana venga un rato a la sombra del árbol" pensé, mientras el camino devoraba con una sonrisa irónica mi ingrato destino...
FABO
Mientras tanto en mi auto la temperatura subía, el sol me abrazaba por completo y las gafas obscuras parecían solo un tenue paño ante tal brillo... una gota de sudor recorría mi frente lentamente, como si reconociera cada surco, cada arruga, cada ínfimo detalle de mi gran imperfección y la conquistara para sí misma, al llegar a mi ceja se despidió con un cosquilleo y murió a causa del dorso de mi mano derecha. La boca un poco reseca y el agua un poco tibia. Exhalé un leve suspiro y giré la cabeza tomando mi cuello para liberar el estrés, el reloj marcaba las 4:17 pm con su pequeño tic tac, como si un insecto minúsculo fuera el que marcaba mi tiempo. La pulsera roja y la de piel con un pequeño cráneo de metal se enredaban al cambiar la velocidad, el motor parecía aletargado, como si el calor lo hubiera sumido en un sopor mundano. Miré a ambos lados del camino casi desértico, ningún auto asomaba ni por ventura, aun así, me tomé el tiempo de girar con suavidad sintiendo la piel candente del volante quemar un poco mis manos, parecía que aún podía sentir algo. Seguí recto por unos metros más y llegué a la dirección. Un lugar solitario, con el sol en pleno y una pequeña banca resguardada en su propio bunker de sombra amablemente proporcionada por un gran árbol frondoso, el cual pareciera ser lo único vivo por ahí. Estacioné el auto a un costado y abrí la puerta, la cual hizo un extraño sonido en sus bisagras como si se hubiera molestado por haberla despertado, descendí y mis pasos se escuchaban arenosos y algo arrastrados. La verdad es que no quería estar ahí pero el destino es inevitable y pensé "qué más da". Me senté en la banca y la sombra me refrescó como si me hubiera transportado en un instante a una selva húmeda, esa sombra era perfecta, me parece recordar que esbocé una sonrisa, pero no estoy muy seguro. Cerré los ojos y disfruté de mi pequeño espacio en el mundo, un pequeño espacio sólo para mí. El ruido de un motor me hizo regresar a ese panorama semidesértico, giré la mirada y pude notar su auto a la distancia, el sol reflejaba el color plata como si una pequeña bala de cañón viniera directa a impactarme... y así era.... de nuevo el reloj 4:32 pm. Su auto se detuvo al otro extremo del mío, que mensaje más claro que el que ni siquiera podamos estacionarnos juntos. "Hola" exclamo con una voz apagada y con calma "Pensé que no vendrías"... Hacía días que no sabía de ella... "yo pensé que no vendría... y henos aquí, sólo he venido para saber qué tienes que decirme" aunque por dentro pensé que en verdad había venido por la sombra de ese árbol... "Pues bien dime, te escucho" lo dije con la voz más satírica que tenía y es que todo el mundo sabe que nada bueno puede salir de una plática que se pacta con un sinuoso y misterioso "Tenemos que hablar". Se sentó a mi lado, pero jamás me observó, sus manos temblaban un poco y sus ojos parecían quebrarse en cualquier instante "Te quiero, lo sabes..." .... "No, no lo sé, ¿me quieres?".... de nuevo pareció que le daba una punzada en la espalda... "Quisiera que la vida fuera diferente, que el universo nos perteneciera y que no tuviera nada más que hacer que quererte, sin embargo, mi vida es todo menos sencilla, es por lo que no puedo darte más de aquello que quisiera, no es falta de cariño de verdad, solo es un poco de ego porque me necesito a mí misma por el momento, por ello no puedo darme a nadie más, lo siento, pero lo mejor será despedirnos"... De ser honesto me sorprendió su sinceridad a quemarropa, esperaba un preámbulo de charla sin sentido, me gustó verla valiente por una vez. Guardé silencio por unos momentos, giré mi cabeza hacia el cielo, el árbol seguía tan fresco... "De acuerdo" dije por lo bajo... "¿No tienes más que decir?"... espetó con algo de inconformidad... "Es claro que tu decisión está tomada, y solo has venido a decirla, si no, tu comentario de apertura hubiera sido eso, apertura, y no conclusión, cuando uno busca un dialogo suelta una hipótesis para ser desarrollada, tú querida mía, has llegado directamente a la conclusión, entonces esto no es un diálogo, es una imposición, y de ser sincero estoy cansado de ello. Te quiero, vaya que lo hago y por ello lo menos que puedo hacer es darte tu libertad a pesar de todo, porque querer de verdad significa dar todo para alguien, hasta darle el sello de salida en su pasaporte de amores olvidados" mis palabras parecieron caerle de sorpresa, no hubo discusión ni malos tratos... "De acuerdo, siendo así, gracias por venir... y por entenderme"... se levantó y caminó... En mi mente sólo pude pensar "Espero que con él sí seas feliz" y al hacerlo pareciese que me habría escuchado pues giró su rostro y por un instante me observó fijamente con sus intensos ojos verdes, aún hoy no sé bien a bien qué tipo de mirada fue la que me lanzó, si de nostalgia, enojo, locura, empatía, remordimiento, culpa...
Tres días antes de que ella me pidiera hablar, por azares del destino me enteré de su nueva situación sentimental, que obviamente era con alguien más... al saberlo el alma me abandonó por un momento, un buen trago del santo tequila calmó todos los demonios que de mí emergían... eso explicaba tantas cosas, así que callé y decidí esperar a escuchar sus motivos... nunca dijo nada sobre el tema... y yo que por un instante la vi tan valiente.
Una última mirada antes de subir a su carro y se esfumó detrás de una nube de fino polvo...
Por mi parte me quedé disfrutando de las nubes que recorrían el cielo sin preocuparse de cosas mundanas como el desamor humano... la sombra era aún fresca, la escena era tan sublime que cerré los ojos esperando que de un tajo la muerte me llevara... no fue así... me levanté y coloqué mis gafas de sol, 5:26 pm en el reloj, de nuevo los pasos arenosos pero esta vez menos arrastrados, es raro, sentía el cuerpo más ligero. Encendí el motor el cual rugió como si me estuviera esperando "al punto", aceleré y sentí el viento jugar con mi cabello, pareciese que el calor me había dado una pequeña tregua... "Tal vez mañana venga un rato a la sombra del árbol" pensé, mientras el camino devoraba con una sonrisa irónica mi ingrato destino...
FABO
martes, 31 de octubre de 2017
Revancha...
Muéleme a besos
tú ingrata desertora,
de sueños fallidos
de penas y glorias.
Rómpeme a caricias
tan duras como tu corazón
revienta mi alma
con tus besos destructores.
Explótame como siempre
con tus suaves palabras,
con esas esencias de un futuro
que tuvo aroma a destino,
pero no más... no más.
Que lo dulce de una promesa
se vuelva espina de rosa,
que lastime y sangre mis dedos
mi alma y mi ser.
Que a pesar de todo
lo que me acompaña
no sólo es un dolor profundo
sino una clara renovación
Que las noches ardan
y los días se apaguen
que nos llegue la hora
y todo encuentre su fin.
Pero mañana,
te juro,
llegará mi revancha
y la vida renacerá
donde hoy sus cenizas yacen.
FABO
tú ingrata desertora,
de sueños fallidos
de penas y glorias.
Rómpeme a caricias
tan duras como tu corazón
revienta mi alma
con tus besos destructores.
Explótame como siempre
con tus suaves palabras,
con esas esencias de un futuro
que tuvo aroma a destino,
pero no más... no más.
Que lo dulce de una promesa
se vuelva espina de rosa,
que lastime y sangre mis dedos
mi alma y mi ser.
Que a pesar de todo
lo que me acompaña
no sólo es un dolor profundo
sino una clara renovación
Que las noches ardan
y los días se apaguen
que nos llegue la hora
y todo encuentre su fin.
Pero mañana,
te juro,
llegará mi revancha
y la vida renacerá
donde hoy sus cenizas yacen.
FABO
jueves, 26 de octubre de 2017
Ay mujer...
Ay mujer...
que vano es el destino
y que ingrato es tu querer.
Ay mujer...
que me duele quererte tanto
que me duele poderte perder.
Ay mujer...
tu sonrisa asoma por la ventana
y yo que no la puedo creer.
Ay mujer...
de corazón de roca
al que dí todo mi ser.
Ay mujer...
que con desdén me miras
y yo sin poderme contener.
Ay mujer...
que extraño tanto
y no se deja tener.
Ay mujer...
ya ni odio me queda
ya mi alma viste arder.
Ay mujer...
ya me despido
que la muerte me vino a ver.
FABO
que vano es el destino
y que ingrato es tu querer.
Ay mujer...
que me duele quererte tanto
que me duele poderte perder.
Ay mujer...
tu sonrisa asoma por la ventana
y yo que no la puedo creer.
Ay mujer...
de corazón de roca
al que dí todo mi ser.
Ay mujer...
que con desdén me miras
y yo sin poderme contener.
Ay mujer...
que extraño tanto
y no se deja tener.
Ay mujer...
ya ni odio me queda
ya mi alma viste arder.
Ay mujer...
ya me despido
que la muerte me vino a ver.
FABO
jueves, 12 de octubre de 2017
Bendito Otoño...
Las hojas caen lentamente
y se mecen con la mano suave del viento
que las lleva a su destino
como si de reliquias santas se trataran.
Los árboles cambian
y su belleza se transforma
dejando ver su interior
esculpido por los años.
Las flores se ocultan
y los suspiros suenan más fuerte,
la melancolía invade el atardecer
con un sol que crece en el horizonte.
Los tonos naranjas y ocres
se adueñan de los demás matices
siendo amos y señores
de un mundo de dos colores
que encierra algunos deslices.
Las guitarras tocan baladas,
las voces cantan una trova
y los recuerdos se vuelven vivos
haciéndose presentes al atardecer.
La vida se vuelve adormilada
como si la siesta del mundo comenzara,
sus parpados caen lentamente... lentamente
hasta exhalar un suspiro tenue y vibrante.
Anochece ya,
y mi rumbo es incierto,
el viento sopla
y de nuevo, tu aroma me alcanza.
Bendito otoño
que huele a ti....
FABO
y se mecen con la mano suave del viento
que las lleva a su destino
como si de reliquias santas se trataran.
Los árboles cambian
y su belleza se transforma
dejando ver su interior
esculpido por los años.
Las flores se ocultan
y los suspiros suenan más fuerte,
la melancolía invade el atardecer
con un sol que crece en el horizonte.
Los tonos naranjas y ocres
se adueñan de los demás matices
siendo amos y señores
de un mundo de dos colores
que encierra algunos deslices.
Las guitarras tocan baladas,
las voces cantan una trova
y los recuerdos se vuelven vivos
haciéndose presentes al atardecer.
La vida se vuelve adormilada
como si la siesta del mundo comenzara,
sus parpados caen lentamente... lentamente
hasta exhalar un suspiro tenue y vibrante.
Anochece ya,
y mi rumbo es incierto,
el viento sopla
y de nuevo, tu aroma me alcanza.
Bendito otoño
que huele a ti....
FABO
jueves, 5 de octubre de 2017
Mi cariñito...
Yo no entiendo cómo funciona esto del cariño, porque he de decirte que te tengo uno de los "meros buenos" como decimos cuando es de verdad. Porque tú tienes esa forma tan única de animarme sin decirme una sola palabra, es más, nada más de acordarme de tu carita sincera y plena, el sol sale de repente detrás de los nubarrones de angustias y soledad. Tan solo con cerrar los ojos siento la piel suavecita de tus manos en mi cara, y la tibieza de tus caricias apretándome las mejillas, luego una leve palmadita y la cara de resignación, como diciendo "ya qué, así te quiero también". ¿Quién dice que ya te fuiste? si te tengo aquí a mi lado, si tu voz resuena en mis oídos tan claro como el cantar de un ruiseñor, tan severa como sermón de cura en domingo y tan dulce como miel de agave.
Si de carácter hablamos... qué te puedo decir, me gustaban tus regaños que terminaban con dulces pero "nada más dos porque estas castigado", o las noches de lluvia con café con leche y una concha de azúcar, porque eso si calienta, más que las cobijas, y tú sentada contando todo de tu vida y yo que todo me sabía de memoria, pero no me atrevía a decir nada, ni aún en los detalles que siempre cambiabas; esa era tu vida y tú la contabas como querías, los años te dieron ese derecho.
Yo no soy feliz de haberte conocido, yo soy feliz de vivirte; en tus fotos y recuerdos, en tus canciones que ya son mías y en mis recuerdos que son tuyos. Yo no sé qué cosa buena hice en esta o en otra vida, pero me pagó a lo grande contigo, lástima que todo lo bueno dura tan poco, apenas me dejó disfrutarte una treintena de años; "que vida tan ingrata" me dirías tú, tan ingrata que nomás nos queda ser felices a pesar de ella.
Yo me quedo con tus palabras... "Se todo un hombre de verdad y cuida a tu familia..." no como consejo, sino como ley de vida.
Como decías tú... "Lástima que no me conoció Pedro Infante porque se hubiera casado conmigo", y yo pienso lo mismo.
Viva su vida... mi cariñito... que tengo aquí.
Buenas noches abuela... Te quiero
FABO
Si de carácter hablamos... qué te puedo decir, me gustaban tus regaños que terminaban con dulces pero "nada más dos porque estas castigado", o las noches de lluvia con café con leche y una concha de azúcar, porque eso si calienta, más que las cobijas, y tú sentada contando todo de tu vida y yo que todo me sabía de memoria, pero no me atrevía a decir nada, ni aún en los detalles que siempre cambiabas; esa era tu vida y tú la contabas como querías, los años te dieron ese derecho.
Yo no soy feliz de haberte conocido, yo soy feliz de vivirte; en tus fotos y recuerdos, en tus canciones que ya son mías y en mis recuerdos que son tuyos. Yo no sé qué cosa buena hice en esta o en otra vida, pero me pagó a lo grande contigo, lástima que todo lo bueno dura tan poco, apenas me dejó disfrutarte una treintena de años; "que vida tan ingrata" me dirías tú, tan ingrata que nomás nos queda ser felices a pesar de ella.
Yo me quedo con tus palabras... "Se todo un hombre de verdad y cuida a tu familia..." no como consejo, sino como ley de vida.
Como decías tú... "Lástima que no me conoció Pedro Infante porque se hubiera casado conmigo", y yo pienso lo mismo.
Viva su vida... mi cariñito... que tengo aquí.
Buenas noches abuela... Te quiero
FABO
martes, 1 de agosto de 2017
Ella es...
Unos ojos de jade me miran desde una tenue obscuridad, de repente el reflejo de la luna los toma por sorpresa y por un momento me parece ver su alma desnuda. Giro el rostro con las mejillas enrojecidas un poco por la pena, un mucho por el deseo. Ella lo nota y se sonroja, y yo espero que sea por lo mismo.
Su voz suave susurra algo que no comprendo, parece que dice "te quiero" pero no lo creo, ¿Cómo un pecador recibe tan grato milagro? es tan improbable, como tenerla en mis brazos, sin embargo, su aroma se arraiga cada vez más en mi piel.
Miro el techo de la habitación suplicando que no sonría, si lo hace me tendrá para siempre y ella lo sabe mejor que yo, o acaso sólo me engaño con ilusiones de falsa libertad cuando estoy completamente sometido a su voluntad.
Me confunden las sombras de la habitación, parecen sombras de un pasado que buscan llevarme con ellas, tomo su mano con fuerza, ella toma mi barbilla y me besa, solo un beso basta para curarlo todo, para exorcizar las sombras aterradoras de un pasado obscuro y de un futuro incierto.
Hundo mi rostro en su pecho, su corazón late con un sonido profundo y rítmico, me canta una canción de cuna aprendida a través de los siglos, ella es... lo sé.... todo por todo, es vida y esperanza, es noche bohemia y guerra entre sábanas.
Su piel cobriza reluce como una diosa olvidada en este templo, adorada pagana y yo rindiendo mis oraciones a sus pies, a sus muslos, es mi todo en ella. Mis guerras cobran sentido, así como mis luchas fallidas por encontrarla. Por un instante me armo de valor, tomo su cintura de espiga acercándola a mi pecho y la miro fijamente. Su rostro no comprende lo que sucede y yo solo esbozo una sonrisa un tanto para calmarla, un tanto para incitarla. Su mirada pierde esa fuerza que se transforma en dulzura y puedo notar como su temor a las sombras también se desvanece poco a poco.
Ella es... me repito... ella es...
Pero ¿Qué es?
No sé....
Miro el reloj... hay tiempo... aún nos queda una vida para poder descubrirlo.
FABO
Su voz suave susurra algo que no comprendo, parece que dice "te quiero" pero no lo creo, ¿Cómo un pecador recibe tan grato milagro? es tan improbable, como tenerla en mis brazos, sin embargo, su aroma se arraiga cada vez más en mi piel.
Miro el techo de la habitación suplicando que no sonría, si lo hace me tendrá para siempre y ella lo sabe mejor que yo, o acaso sólo me engaño con ilusiones de falsa libertad cuando estoy completamente sometido a su voluntad.
Me confunden las sombras de la habitación, parecen sombras de un pasado que buscan llevarme con ellas, tomo su mano con fuerza, ella toma mi barbilla y me besa, solo un beso basta para curarlo todo, para exorcizar las sombras aterradoras de un pasado obscuro y de un futuro incierto.
Hundo mi rostro en su pecho, su corazón late con un sonido profundo y rítmico, me canta una canción de cuna aprendida a través de los siglos, ella es... lo sé.... todo por todo, es vida y esperanza, es noche bohemia y guerra entre sábanas.
Su piel cobriza reluce como una diosa olvidada en este templo, adorada pagana y yo rindiendo mis oraciones a sus pies, a sus muslos, es mi todo en ella. Mis guerras cobran sentido, así como mis luchas fallidas por encontrarla. Por un instante me armo de valor, tomo su cintura de espiga acercándola a mi pecho y la miro fijamente. Su rostro no comprende lo que sucede y yo solo esbozo una sonrisa un tanto para calmarla, un tanto para incitarla. Su mirada pierde esa fuerza que se transforma en dulzura y puedo notar como su temor a las sombras también se desvanece poco a poco.
Ella es... me repito... ella es...
Pero ¿Qué es?
No sé....
Miro el reloj... hay tiempo... aún nos queda una vida para poder descubrirlo.
FABO
jueves, 13 de julio de 2017
Sin amores...
Siento tus manos cubrir mi rostro
como pétalos que caen sobre la hierba
con el pasar de las estaciones
hasta volver la primavera.
Puedo hablar de aromas dulces
y recuerdos amargos,
enamorado de ambos
porque ambos son tú.
La luz tenue me ilumina por completo
y el manantial de tu mirada
sacia la sed de mi anhelo
con la impaciencia de un niño.
Llegas tan inoportuna
y yo que te espero desde hace tiempo,
cómo se explica un sueño que no se tiene al dormir,
cómo hablar de una vida que no se vive por sí mismo
Será que tu voz resuena impaciente
y yo me niego a escucharla
con mis oídos necios
con mi resignación obtusa.
Será que estoy enamorado hasta de tu sombra
y tal vez ella se enamoró de mí,
y mientras tú caminas por otros lares
ella me besa escondida en el sol de la tarde.
Sé que tú no estás
y sé que no estarás más,
pero a mí nadie, ni Dios mismo,
me quita la esperanza
de verte algún día, pasar por la calle.
FABO
como pétalos que caen sobre la hierba
con el pasar de las estaciones
hasta volver la primavera.
Puedo hablar de aromas dulces
y recuerdos amargos,
enamorado de ambos
porque ambos son tú.
La luz tenue me ilumina por completo
y el manantial de tu mirada
sacia la sed de mi anhelo
con la impaciencia de un niño.
Llegas tan inoportuna
y yo que te espero desde hace tiempo,
cómo se explica un sueño que no se tiene al dormir,
cómo hablar de una vida que no se vive por sí mismo
Será que tu voz resuena impaciente
y yo me niego a escucharla
con mis oídos necios
con mi resignación obtusa.
Será que estoy enamorado hasta de tu sombra
y tal vez ella se enamoró de mí,
y mientras tú caminas por otros lares
ella me besa escondida en el sol de la tarde.
Sé que tú no estás
y sé que no estarás más,
pero a mí nadie, ni Dios mismo,
me quita la esperanza
de verte algún día, pasar por la calle.
FABO
jueves, 29 de junio de 2017
El viajero y el niño...
Guardé la hoja del roble entre las páginas de una libreta y reanudé mi camino cruzando un puente de piedra que parecía haber estado ahí desde hace siglos. Después de andar un rato encontré un pequeño camino que decidí seguir, al recorrerlo escuché una risa muy sincera y feliz, me causo curiosidad y lo busqué guíandome por ese sonido tan reconfortante.
De repente la risa dejó de escucharse, me detuve y traté de buscar algún indicio de la misma, sentí que alguien tiraba de mi pantalón. "¿Estás perdido?" me dijo ese pequeño niño, con su cabello revuelto, su ropa un poco sucia, sus manos llenas de tierra, pero con unos grandes ojos de esperanza y una sonrisa absoluta "¿La verdad es que no lo sé?" le contesté y de nuevo echo a reír "¿Cómo no vas a saber si estás perdido?, que gracioso, ¿si no sabes a dónde vas cómo vas a saber que ya llegaste?", me quedé mudo pues tenía toda la razón, su pregunta tan sencilla encerraba una profundidad muy cierta. Notó que no supe qué responder y su risa fue más sonora aún, caminó unos pasos más y puso su rostro serio señalando con su pequeño dedo "Si yo te dijera que para allá está tu destino, ¿Caminarías en esa dirección?" Yo asentí "¿Y lo harías sólo por qué yo te dije?, ¿Y qué tal que sólo te estoy engañando y tu destino está del otro lado?, tal vez sólo estoy jugando contigo. Sabes, ese es el problema de los adultos, que dejaron de escuchar a la persona que realmente sabe las respuestas, "tú", si alguien me dice que vaya y haga algo y yo no quiero, pues no lo hago, porque eso me haría infeliz, descubrir que fui engañado o sólo perdí mi tiempo por no hacer lo que yo quería... yo quiero correr hasta que los pies se cansen, yo quiero ver como nacen las flores y sentir como la lluvia me moja, quiero sentir la tierra entre mis manos y el viento despeinarme, yo quiero ser feliz por pequeños instantes que se vuelvan toda mi vida, a veces cuando me pego o me caigo lloro, otras tantas me pierdo como tú y me da miedo, pero después pasa un ave y todo se me olvida por verla volar, entonces algo dentro de mí me dice que debo seguirla porque eso me hace feliz y no puedo parar de reír. Pero lo que realmente debe hacerte feliz, es ser tu mismo."
Después de decir eso, el niño se sentó a ver un pequeño hormiguero con la fascinación de un gran descubrimiento en sus ojos. Saqué un dulce de mi mochila y se lo di. "Gracias por tus palabras" le dije... "Gracias por escucharlas" contestó...
FABO
jueves, 22 de junio de 2017
30 días...
Veo mi muerte a través del espejo que sostengo con mi mano,
el impacto merma mi fuerza
tirándolo
y se rompe en mil pedazos,
será que me he vuelto inmortal
o será que mi reflejo se ha
marchado.
La nostalgia se
aleja por instantes
como abeja de un
panal
y de la misma
manera trae consigo
un poco más de qué
alimentarse.
Las brisas tiran memorias enredadas
entre sonrisas de viñedos
y copas de añoranza,
lleva a veces un vestido de flores blancas
y su sombrero de esperanza innecesaria.
Sus pies ligeros resuenan
como truenos lanzados del
Olimpo
todo a causa de sus
míticos tacones negros
que destruyen mis
pláticas con Morfeo.
La noche
cae y con ella las palabras,
mis silencios
hablan más de la cuenta
y tú que ni
cuenta te das,
sigues
callada mientras tu recuerdo
fúrico
grita desesperado su desgracia.
La pena no es por su
partida,
sino por lo que pudo haber
sido,
no sólo de pan vive el hombre
y a mí que me dejas en la
hambruna
del manjar de tu boca rosada.
Ya las llamas del
desconsuelo me alcanzan
y busco
apagarlas con agua de gotas saladas
con una
lluvia de falsas esperanzas,
el fuego
ingrato sólo mira con desdén
y calla.
No te quiero... sin
embargo lo hago,
como el ave que desea
emigrar con miedo en las alas
como estrella que teme a
la obscuridad callada
como manto que no cubre
nada.
Mañana al
igual que hoy
el sol
saldrá de nuevo, a pesar de todo
hasta de
ti.
Y yo con la cara al cielo
gritaré de lo más
profundo de mi alma
te amo, cierto es que lo
hago,
y ahora,
sigue tu camino
que yo te seguiré seguro,
desde mi rincón en lontananza.
FABO
lunes, 29 de mayo de 2017
Advertencia...
No me dejes seguir,
te lo pido con el corazón en la mano
con la emoción a flor de piel,
con la maldición que me espera.
No me dejes tocar tu piel suave
y que mi nariz respire tu aroma,
que mis labios prueben tus besos,
que mi cuerpo se acostumbre a ti.
No me des la oportunidad
de dañarnos,
de amarnos, tanto,
que todo termine en crueldad.
No cedas a mis palabras
que no quiero ceder a las tuyas,
¿qué fin tiene todo esto?
si ambos sabemos el triste final.
"Es natural", me dices,
yo pienso sólo en el maldito destino
con la voz dentro de mi cabeza
que me dice "calla al corazón".
Finjo que todo está bien,
pero las sombras me conocen mejor,
aún me alimento de las sobras de una vida
lastimera y revoltosa.
No nos queramos,
te lo pido, te lo ruego,
no caminemos juntos por la playa
al fin que el mar borrará nuestras huellas.
Evitémonos esto,
no es conveniente,
al final sólo quedarán huecos,
desesperanza y fallida ilusión.
No sigas, que no seguiré
sigamos... y atengámonos a las consecuencias,
es nuestra última oportunidad,
es nuestro último aliento.
No quiero que después
me digas que no tenías noción,
te lo advierto de una vez,
no nos queramos más.
Si es así, ven a mi lado,
la condena está escrita y
la sentencia por cumplirse,
anda, vamos a amarnos
al fin que será por última vez.
FABO
te lo pido con el corazón en la mano
con la emoción a flor de piel,
con la maldición que me espera.
No me dejes tocar tu piel suave
y que mi nariz respire tu aroma,
que mis labios prueben tus besos,
que mi cuerpo se acostumbre a ti.
No me des la oportunidad
de dañarnos,
de amarnos, tanto,
que todo termine en crueldad.
No cedas a mis palabras
que no quiero ceder a las tuyas,
¿qué fin tiene todo esto?
si ambos sabemos el triste final.
"Es natural", me dices,
yo pienso sólo en el maldito destino
con la voz dentro de mi cabeza
que me dice "calla al corazón".
Finjo que todo está bien,
pero las sombras me conocen mejor,
aún me alimento de las sobras de una vida
lastimera y revoltosa.
No nos queramos,
te lo pido, te lo ruego,
no caminemos juntos por la playa
al fin que el mar borrará nuestras huellas.
Evitémonos esto,
no es conveniente,
al final sólo quedarán huecos,
desesperanza y fallida ilusión.
No sigas, que no seguiré
sigamos... y atengámonos a las consecuencias,
es nuestra última oportunidad,
es nuestro último aliento.
No quiero que después
me digas que no tenías noción,
te lo advierto de una vez,
no nos queramos más.
Si es así, ven a mi lado,
la condena está escrita y
la sentencia por cumplirse,
anda, vamos a amarnos
al fin que será por última vez.
FABO
sábado, 27 de mayo de 2017
Al lector mi confesor...
No quisiera vaciar tu recuerdo en simples letras que no darán mérito al sentimiento encerrado en cada una de ellas. Tampoco busco la justicia a mano propia en la que te juzgo a frases y te sentencia a puntos finales. La verdad sólo pretendo expiar mis culpas; acúsome lector que he pecado, de pensamiento, palabra, obra y omisión. De pensamiento por no alejarme de tu recuerdo ni un instante, por pensar en tu buena o mala fortuna, por descubrirme caminando a ninguna parte por que ha sido tu memoria la que llevaba mis pies, y como siempre me deja abandonado al final de la calle sin un rumbo fijo. De palabra por haberte dicho tantas veces, te amo, tanto... que el habértelo dicho en esas cantidades podría sonar a blasfemia, por decir que te apoyaba y porque en verdad lo hice, por hablarte al oído mientras dormías y susurrar un te quiero artero para que se clavara directamente en tus sueños y en tu conciencia. De obra, porque cuanto estuvo en mis manos hice por ti, y créeme que no es reproche, cada pequeño paso, cada logro en mi vida lo hice por ti, por nuestro mañana y por nuestro futuro, lo malo es considerar un futuro escrito cuando debemos saber de la poca certeza que nos da, tan ingrato él, que nos deja hacer planes y al final todo se va perdiendo tras la niebla que despeja a su antojo. De omisión, creo que son mi mayor falta, por omitir tus desdenes y tu hipocresía, por omitir tus faltas y buscarte perfecta, por omitir tu humanidad pensándote divina, por omitir mi conciencia buscando entrar en la tuya, por omitirme a mí dejando que me omitieras. Esa es mi confesión, y acepto en el transcurso de este escrito mi pena, tal vez la sentencia sean diez canciones de Sabina y un poema de Benedetti, o dos horas de Serrat y tres libros de Onetti, igual y es más tranquila y son tres canciones de trova y una lectura ligera, digamos Cortázar o Borges, (es claro que esto último es una ironía). Sin embargo, cumpliré mi sentencia cabalmente, para expiarme de ti, y de todo aquello que no eres tú, es momento de redescubrir la fe que había perdido en mis dedos y en mis manos, hasta en mi inspiración. Será que el amor se regocija de llevarse lo mejor de nosotros para alimentarse y al final, nos deja más pobres de todo, pero más fuertes... mucho más fuertes. Si a mí de pequeño me lo hubieran advertido, estoy seguro de que, aun así, me hubiera subido a esta montaña rusa... como seguramente lo haré mañana.
FABO
jueves, 11 de mayo de 2017
Lo que más me gustaba...
Lo que más me gustaba
era sostener tu mano
cuando tu mirada al vacío
me recordaba que no estabas aquí.
Lo que más me gustaba
eres sentir tu aroma inconfundible
que dejaba su recuerdo en mis ropas
y en mi piel.
Lo que más me gustaba
era tu reír escandaloso,
tu sonrisa de labios rosas,
tus pequeños gritos de alegría.
Lo que más me gustaba
era tu glamour innecesario,
el maquillaje perfecto,
el vestido perfecto,
todo perfecto, sólo para salir
a ninguna parte.
Lo que más me gustaba
era tu falsa fortaleza,
tus lágrimas ocultas,
tu necedad disfrazada de carácter.
Lo que más me gustaba
era quererte,
esperar con ansias el verte
y besarte,
aunque fuera de a poquito
pero besarte.
Lo que más me gusta
es haber amado con ganas de hacerlo,
entregando todo de mi
y descubrir nuevas formas de querer,
todo gracias a ti.
Lo que más me gusta
es ser yo
bajo cualquier circunstancia,
a pesar de que eso haya sido
lo que menos te gustó.
FABO
era sostener tu mano
cuando tu mirada al vacío
me recordaba que no estabas aquí.
Lo que más me gustaba
eres sentir tu aroma inconfundible
que dejaba su recuerdo en mis ropas
y en mi piel.
Lo que más me gustaba
era tu reír escandaloso,
tu sonrisa de labios rosas,
tus pequeños gritos de alegría.
Lo que más me gustaba
era tu glamour innecesario,
el maquillaje perfecto,
el vestido perfecto,
todo perfecto, sólo para salir
a ninguna parte.
Lo que más me gustaba
era tu falsa fortaleza,
tus lágrimas ocultas,
tu necedad disfrazada de carácter.
Lo que más me gustaba
era quererte,
esperar con ansias el verte
y besarte,
aunque fuera de a poquito
pero besarte.
Lo que más me gusta
es haber amado con ganas de hacerlo,
entregando todo de mi
y descubrir nuevas formas de querer,
todo gracias a ti.
Lo que más me gusta
es ser yo
bajo cualquier circunstancia,
a pesar de que eso haya sido
lo que menos te gustó.
FABO
miércoles, 26 de abril de 2017
Suéltame...
¡Suéltame!
Le grito al viento
que me arrastra contra los riscos
de un adiós inexorable.
¡Suéltame!
Le grito a la desdicha
que llega con su mano fría
a tocar lo tibio de mi alma.
¡Suéltame!
Le grito al reloj
que con sus manecillas me sujeta
a un tiempo perdido y alejado.
¡Suéltame!
Le grito a mis noches
que me sujetan con calma y melancolía
que llora a nubes y estrellas.
¡Suéltame!
Le grito a las mañanas nubladas
que me toman tan fuerte
como un mañana por venir con esperanza.
¡Suéltame!
Me grito al espejo,
pero entre más fuerte grito
menos me escucho.
¡Suéltame!
Te pido
en lo callado de mi habitación
y tú ausencia hace como que no me oye.
¡Suéltame!
por favor,
que el extrañarte me aprieta tanto
que me asfixia los sueños.
¡Suéltame!
Suéltame
Suéltame...
FABO
Le grito al viento
que me arrastra contra los riscos
de un adiós inexorable.
¡Suéltame!
Le grito a la desdicha
que llega con su mano fría
a tocar lo tibio de mi alma.
¡Suéltame!
Le grito al reloj
que con sus manecillas me sujeta
a un tiempo perdido y alejado.
¡Suéltame!
Le grito a mis noches
que me sujetan con calma y melancolía
que llora a nubes y estrellas.
¡Suéltame!
Le grito a las mañanas nubladas
que me toman tan fuerte
como un mañana por venir con esperanza.
¡Suéltame!
Me grito al espejo,
pero entre más fuerte grito
menos me escucho.
¡Suéltame!
Te pido
en lo callado de mi habitación
y tú ausencia hace como que no me oye.
¡Suéltame!
por favor,
que el extrañarte me aprieta tanto
que me asfixia los sueños.
¡Suéltame!
Suéltame
Suéltame...
FABO
martes, 18 de abril de 2017
De ayer, de hoy...
Resuenan las notas antiguas,
las voces del ayer suenan tan claras
y los recuerdo dejan de serlo
para convertirse en realidades.
Tus besos vuelven a quemar
y tu aroma vuelve a llenarlo todo,
mi fe se renueva como en días santos
y mis pecados renacen por ti.
Tus palabras recorren mi ser
y pasan suaves
como una serpiente
que se arrastra por la arena
dejando los surcos de su andar,
dejando esperanzas en el mío.
Tu cintura se ciñe en mis brazos
y mis brazos se entumecen de emoción,
mis manos necias que no te sueltan
y yo apenado por dejarlas.
No quisiera pensar en ti
o por lo menos no tan a menudo,
tal vez sea tu boca roja
o tu vestido negro,
tal vez, sólo sea mi imaginación
o será que esta noche llueve.
Amanece
y el sol se levanta lentamente
dominando el horizonte,
yo por mi parte hago lo mismo,
me levanto lentamente
dominando tu ausencia.
"Es hora de marcharme"
le digo a tu recuerdo mientras lo miro de reojo
"Si quieres, tú puedes quedarte un rato más".
FABO
las voces del ayer suenan tan claras
y los recuerdo dejan de serlo
para convertirse en realidades.
Tus besos vuelven a quemar
y tu aroma vuelve a llenarlo todo,
mi fe se renueva como en días santos
y mis pecados renacen por ti.
Tus palabras recorren mi ser
y pasan suaves
como una serpiente
que se arrastra por la arena
dejando los surcos de su andar,
dejando esperanzas en el mío.
Tu cintura se ciñe en mis brazos
y mis brazos se entumecen de emoción,
mis manos necias que no te sueltan
y yo apenado por dejarlas.
No quisiera pensar en ti
o por lo menos no tan a menudo,
tal vez sea tu boca roja
o tu vestido negro,
tal vez, sólo sea mi imaginación
o será que esta noche llueve.
Amanece
y el sol se levanta lentamente
dominando el horizonte,
yo por mi parte hago lo mismo,
me levanto lentamente
dominando tu ausencia.
"Es hora de marcharme"
le digo a tu recuerdo mientras lo miro de reojo
"Si quieres, tú puedes quedarte un rato más".
FABO
martes, 4 de abril de 2017
En pena...
Ya no tengo en mi mano la tormenta
que en tiempos remotos
explotaba con la fuerza
de tomar las riendas de mi vida.
Ya mi barca se aleja
por las serpientes de los ríos,
por los canales escondidos
de una noche tan cualquiera.
La vela mantiene la llama tibia
aunque tímida,
de una esperanza magullada
por sufrimientos tan ingratos
de despedidas amargadas.
Mis zapatos ya no quieren caminar
y mis pies se sienten aprisionados,
mejor me voy descalzo por el camino,
que así guio Dios mi llegada.
Me quitaré la camisa
el pantalón,
la piel y los huesos
hasta quedar
nomás en simple espíritu.
A ver si así me notas
en medio de la noche fría,
a ver si así te asusto
con mi pinta de alma en pena.
FABO
que en tiempos remotos
explotaba con la fuerza
de tomar las riendas de mi vida.
Ya mi barca se aleja
por las serpientes de los ríos,
por los canales escondidos
de una noche tan cualquiera.
La vela mantiene la llama tibia
aunque tímida,
de una esperanza magullada
por sufrimientos tan ingratos
de despedidas amargadas.
Mis zapatos ya no quieren caminar
y mis pies se sienten aprisionados,
mejor me voy descalzo por el camino,
que así guio Dios mi llegada.
Me quitaré la camisa
el pantalón,
la piel y los huesos
hasta quedar
nomás en simple espíritu.
A ver si así me notas
en medio de la noche fría,
a ver si así te asusto
con mi pinta de alma en pena.
FABO
miércoles, 29 de marzo de 2017
Supongamos...
Supongamos por un momento
que no estoy hablando de ti... sólo supongamos.
Porque en verdad me refiero a las flores
y estrellas que para mí son lo mismo,
unas perfuman las noches,
las otras los campos.
En verdad hablo de las aves libres
que vuelan por un mundo que no las nota
y ellas que ven todo desde los cielos azules.
En verdad hablo de la música,
de melodías ocultas en falsos silencios
que llevan a reflexiones inesperadas
como inesperados son los sueños realizados.
En verdad hablo de altas montañas
y mares profundos,
con belleza que se nota a leguas
y a nudos,
con esencias de vientos fríos
y sal marina.
En verdad hablo de ausencias no reconocidas,
de cabellos de miel y de ojos verdes,
de piel de porcelana, de labios de cereza.
Sabes... me rindo,
supongamos que es imposible no hablar de ti
..... supongamos.
FABO
martes, 21 de marzo de 2017
Insoportable...
No dejo de soñarte,
los claros de luna me matan lentamente
y las estrellas se burlan de mi paso incierto,
son ellas las que guían,
y hoy me confunden más.
Me arranco de la piel tus caricias
y noto el sangrar de las heridas
con aroma a flores de domingo santo,
mi templo derrumbando en menos de tres días
y todo por el golpe de tu ausencia.
Me duelen las manos de no escribirte,
ya ni siquiera puedo sostener la idea con ellas,
ni que digamos una pluma
o un anhelo.
El viento sopla
y me acaricia con su tacto de lija,
me hace daño y yo lo permito,
será que así me acostumbré
por el tiempo que estuve a tu lado.
Los bosques gritan,
los mares me llaman,
el desierto me espera,
mientras yo me hundo lentamente
en los pantanos de un falso recuerdo
de los que enlodan todo
y dejan su aroma enmohecido de un ayer.
¡Ay amor mío!
de no ser porque todo esto
me hace sentir absolutamente vivo,
casi sería
insoportable.
FABO
viernes, 3 de marzo de 2017
Transferencia de calor...
Las sábanas envolvían un recuerdo... más que un cuerpo. La tibieza aún no se escapaba de su piel y el color rosado de sus mejillas se aferraba a ellas como la hoja más débil de la punta de un árbol que se resiste a ser arrastrada por el viento. Su aroma suave aún podía percibirse a escasos pasos; y si uno guardaba silencio y se concentraba lo suficiente, su aliento se podía percibir por la habitación. Todo se sentía sumergido en una nostalgia profunda, tan obscura como un hueco profundo de la cueva más recóndita. Sus labios carnosos aún parecían guardar ese último beso, o tal vez era la esperanza de ese beso que la trajera a la vida, no me decido bien a bien cuál de las dos vertientes sería.
Caminé lentamente hacía su lecho, el silencio sacro se rompía con el eco profano de mis pasos golpeando la madera, malditos zapatos, los maldigo por romper el silencio de su callada voz que grita desde un paraíso cuánto nos amamos. Toqué su cabello suave que mantenía ese color claro como la miel, como pequeños rayos de sol de una tarde que cae rendida ante la noche, yo sentía mis dedos aún más fríos que los de ella, juro que podía escuchar el latir de su corazón como un tic tac del reloj más exacto, un sonido que invadía mis oídos, tic tac... tic tac... el tiempo se volvía nada, sin embargo ella seguía marcando ese ritmo... tic tac... cada vez más profundo... cada vez más intenso, poco a poco dejó de estar en mis oídos para retumbar en mis sienes, en mi corteza cerebral, en mi mente... tic tac... El zumbido de un pequeño mosquito me sacó de mi trance, también maldije al insecto, cómo se atrevía a despertarme del sueño de tenerla en mi mente. Caminé un paso más y tomé su mano fría, la cual absorbía mi calor, por el poco que éste fuera. Sentí como el frío recorría la punta de mis dedos, la mano, el antebrazo, el hombro... era extraño, pero en mi frenesí de temperatura creí notar su brazo menos pálido... sonreí... el nórdico frío seguía su marcha, recorría ahora ambos brazos, mi pecho... el vaho de mi boca se notó claramente como una pequeña nube creada por mí, dejé de sentir las piernas, los pies... y finalmente mi rostro entumecido. No siento nada más... no entiendo nada más, pero creo que la vi sonreír.
Cuando desperté, su mano tomaba mi mano aferrándose a no soltarla. Su gesto era sereno y podría decir que una sonrisa tímida se dibujaba en sus labios, su piel fría no tenía ni un rastro de color. Las lágrimas brotaban por montones, tanto que me sentía ahogada en un mar de tristeza... lo solté y me acosté a su lado "Bruto" le dije al oído mientras lo tomaba del cabello y jalaba de sus ropas... "Te dije que no lo hicieras... te lo dije". Dentro del bolsillo del saco encontré una pequeña nota "Te dejo lo único que siempre fue tuyo... mi vida"... De nuevo "Bruto... te dije que no me trajeras de regreso"
FABO
jueves, 9 de febrero de 2017
Dispuesto...
La noche no se acaba con el partir de las estrellas,
así como tú presencia no se acaba con tu ausencia invisible.
La primavera sigue escondida en ese invierno,
latente como mariposa en capullo.
Presente en un mundo que no la nota,
porque no sabe cómo se ve lo importante.
El beso sigue en los labios,
como una bala cargada en la escopeta del abuelo,
olvidada en el ático
pero lista para la revolución.
La nube sigue en el cielo,
aunque dispersa,
esperando el momento de reunirse consigo misma
y volverse un manto blanco
que proyecta una sombra bajo de sí.
Yo sigo queriéndote,
con un latir normal, de pulso relajado.
Y tú no lo percibes,
y yo no lo menciono.
FABO
así como tú presencia no se acaba con tu ausencia invisible.
La primavera sigue escondida en ese invierno,
latente como mariposa en capullo.
Presente en un mundo que no la nota,
porque no sabe cómo se ve lo importante.
El beso sigue en los labios,
como una bala cargada en la escopeta del abuelo,
olvidada en el ático
pero lista para la revolución.
La nube sigue en el cielo,
aunque dispersa,
esperando el momento de reunirse consigo misma
y volverse un manto blanco
que proyecta una sombra bajo de sí.
Yo sigo queriéndote,
con un latir normal, de pulso relajado.
Y tú no lo percibes,
y yo no lo menciono.
FABO
jueves, 12 de enero de 2017
Así lucía...
Todo se detiene a su paso, y con ella,
el espíritu se llena más allá de los sentidos.
Quizá es fuente de inspiración divina,
un instante de paraíso
iniciando en su mirada,
esperando en su vientre suave,
rompiendo en su pecho candente,
orando en sus labios eternos.
Muriendo en un suspiro profundo,
iniciando todo con una palabra.
He decidido quererla por siempre,
ella es y será en todo momento
razón, causa y pretexto
mediante el cual justifico mi locura,
otro día más, otro...
sin ella en mi cama, pero si en mi mente,
adornando mi destino incierto con la certeza de su ser.
Lucía bella con su sonrisa grande,
una ilusión tangible
como una ola que desaparece en la costa
iniciando con fuerza imparable,
agonizando en por beso, sólo uno... y no más.
FABO
el espíritu se llena más allá de los sentidos.
Quizá es fuente de inspiración divina,
un instante de paraíso
iniciando en su mirada,
esperando en su vientre suave,
rompiendo en su pecho candente,
orando en sus labios eternos.
Muriendo en un suspiro profundo,
iniciando todo con una palabra.
He decidido quererla por siempre,
ella es y será en todo momento
razón, causa y pretexto
mediante el cual justifico mi locura,
otro día más, otro...
sin ella en mi cama, pero si en mi mente,
adornando mi destino incierto con la certeza de su ser.
Lucía bella con su sonrisa grande,
una ilusión tangible
como una ola que desaparece en la costa
iniciando con fuerza imparable,
agonizando en por beso, sólo uno... y no más.
FABO
Suscribirse a:
Entradas (Atom)