Resuenan las notas antiguas,
las voces del ayer suenan tan claras
y los recuerdo dejan de serlo
para convertirse en realidades.
Tus besos vuelven a quemar
y tu aroma vuelve a llenarlo todo,
mi fe se renueva como en días santos
y mis pecados renacen por ti.
Tus palabras recorren mi ser
y pasan suaves
como una serpiente
que se arrastra por la arena
dejando los surcos de su andar,
dejando esperanzas en el mío.
Tu cintura se ciñe en mis brazos
y mis brazos se entumecen de emoción,
mis manos necias que no te sueltan
y yo apenado por dejarlas.
No quisiera pensar en ti
o por lo menos no tan a menudo,
tal vez sea tu boca roja
o tu vestido negro,
tal vez, sólo sea mi imaginación
o será que esta noche llueve.
Amanece
y el sol se levanta lentamente
dominando el horizonte,
yo por mi parte hago lo mismo,
me levanto lentamente
dominando tu ausencia.
"Es hora de marcharme"
le digo a tu recuerdo mientras lo miro de reojo
"Si quieres, tú puedes quedarte un rato más".
FABO
2 comentarios:
Y es que tus musas siempre llevan vestido negro y labios rojos? O es solo una que regresa siempre a ti sin que lo pidas?
Ella es una, la de siempre... y nada más...
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