Cuando se despertó, la noche aún llenaba todo a su alrededor, su pequeña luz de noche seguía encendida y la sombra del osito que se proyectaba en la pared le parecía divertida, se sentó a un lado y la sombra de su cabello despeinado le recordó la forma de un campo con un pequeño árbol, imaginó como el oso se acercaba al árbol y se sentaba debajo de él, mientras el viento soplaba haciéndole cosquillas en su cuerpo, pensó que el oso imaginaba a un pez que en lugar de nadar volaba por los aires, el pez se había cansado de seguir la corriente del río y un buen día decidió salir a la superficie aunque fuera doloroso, tardo un tiempo en acostumbrarse pero poco a poco logró volar como un ave, el pez imaginó cómo sería esa ave; un ave de plumaje rojo brillante que surcaba cada parte del mundo a su antojo, volando sobre bosques y selvas, sobre pequeños poblados y grandes ciudades, el ave imaginó en esa ciudad a un joven enamorado, sería algo despistado, pero honestamente enamorado, el cual seguro que moría por estar con esa linda mujer que atravesaba la calle todos los días a la misma hora en la mañana, le gustaba de verdad porque caminaba segura de sí misma y comenzó a imaginarse con ella en una pequeña cabaña en el bosque con una lluvia que caía mientras ellos se besaban; un conejo de color gris y orejas blancas los veía con sus grandes ojos tiernos mientras comía una lechuga, imaginó que el conejo al verlos se imaginaba con su propia familia de conejos, donde sus pequeñas crías se encontrarían jugando, corriendo de un lugar a otro, brincando felices, pensó que a alguno de sus pequeños conejos le gustaría llegar a ser algo más y el pequeño conejo imaginó que le gustaría ser un niño que cuando se despertara, la noche aún llenaba todo a su alrededor, su pequeña luz de noche seguía encendida y la sombra del osito que se proyectaba en la pared le parecía divertida, se sentó a un lado y la sombra de su cabello despeinado le recordó la forma de un campo con un pequeño árbol...
FABO
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