Ya retumba el eco de mis pasos
por la sala vacía de tu recuerdo
donde ya no queda nada,
ni siquiera yo mismo.
Ya las paredes blancas
se muestran desnudas de retratos
donde las obras maestras de tu mirada
sólo dejaron las huellas de los marcos.
Ya el piano se ha ido,
del violín sólo el estuche queda,
la tinta y el papel siguen en su lugar
porque esos siempre fueron míos.
Ya sale por la puerta
cargado entre dos fuertes razones
el último y más pesado de tus recuerdos,
ese que me costó tanto trabajo despedir.
Ahora sí todo queda vacío
y coloco el letrero de "Vacante"
por si alguien en algún lado
considera mudarse para siempre.
FABO