Hoy no vengo a prometer nada,
hoy vengo a hacer un juramento,
uno en el que se me va la vida en ello,
uno en donde las palabras valen
porque son para usted.
Le juro quererla y darle mi vida
sin pretextos ni reservas,
juro quererla por las mañanas con su rostro dormido,
juro quererla por las noches con su camisón de dormir.
Le juro cuidarla sana y enferma
que yo le tenderé mi mano cuando más me necesite
y cuando menos, también,
que yo cargare sus penas como mías
porque al estar usted conmigo dejo de ser "yo"
para ser "nosotros".
Le juro que no faltaran las peleas
ni los reclamos, ni los malos entendidos,
sin embargo la voy a querer como nunca y como siempre,
a cada instante y en cada palabra.
Le juro que el mundo nos vera sorprendido
porque usted y yo formaremos nuestro mundo aparte,
en donde todo lo que hago es porque la quiero,
ya sea levantarme o tomar el café,
leer una nota en el periódico y suspirar con enfado,
salir a ganarme cada día el derecho a llamarla mía
o acostarme sabiendo lo afortunado que soy
porque me voy a dormir con mi sueño hecho realidad a mi lado.
Le juro también, que no me detendré hasta conquistarla,
así me diga usted que me quiere, yo cada noche intentaré
que me lo diga aún más convencida por las mañanas,
y sí es en las mañanas,
porque esté más convencida por las noches.
Le juro que mi tiempo lo mediré en sus besos y caricias,
y diré "Ya son cuarto para estar con ella, se me hace tarde"
cuando vea las manecillas que apunta a donde esté usted,
esperándome tan linda.
Y lo más sencillo, le juro que renovare mi juramento
cuando usted me lo pida, que yo no diré "hasta que la muerte nos separe",
yo siempre le diré "hasta que usted me siga dando vida"
porque le quiero y eso
se lo juro.
FABO