Te espero,
ya sea de pie o sentado,
en silencio o con alguna melodía,
pero te espero.
Te espero,
en la mañana tras la niebla
y en la tarde al sentir las horas pesadas
que me caen como gruesas paredes de ausencia
dejándome inmóvil,
pero te espero.
Te espero,
en éste momento de mi vida
donde me haces tanta falta para sentirme vivo
y siento que la soledad amarga es lo más dulce que he probado,
entonces me quedo atado a tu aroma que respiro
cada que me roba el aliento,
pero te espero.
Te espero,
con la esperanza de ver tu figura a lo lejos,
con la seguridad de que no vendrás
ni ésta noche,
ni mañana,
ni nunca,
pero te espero.
FABO