miércoles, 30 de julio de 2014

Claro...

"Qué si pienso ti", eso me preguntaron hoy por la tarde; por un momento me quede inmerso en la pregunta, fue llegar a lo más profundo de mi conciencia y responderme con sinceridad, más a mí que a quien me cuestionó. Cerré los ojos y me deje llevar por la vida, sentí como cada pequeña partícula de los rayos del sol penetraba en mi cuerpo y me elevaba, noté como la brisa pasaba por mi cabello y hacía que mis brazos se sintieran algo fríos; escuche el ruido de los niños y de los árboles; abrí los ojos lentamente y respondí, "Claro", lo dije así a secas, sin una gran retórica o una explicación de el por qué lo hago; me miraron fijamente a los ojos y pude adivinar que seguiría el clásico "¿Por qué?", pero antes de que lo soltara como frase de libreto aprendido de memoria, me adelante a contestar. "Sé que pienso en ella porque por un instante noté todo lo que me rodea, los sonidos, los aromas, la vida pasando a mi lado y sobre mi; sé que la extraño porque a su lado yo no puedo notar otra cosa que no sea su presencia, su aroma, su sonido, su grata compañía, cómo la vida me pasa de largo mientras yo la paso con ella; así que por eso contesté "Claro", no dije "Si" o "por supuesto", dije CLARO, como el adjetivo que describe la luz del amanecer, como se ven las cosas a través del vidrio, como es el reflejo en un estanque, así, claro; como se ven las respuestas a las dudas después de entenderlas. Como algo obvio y de siempre, como cuando puedes ver lo que pasa frente a ti y describirlo "claramente", es comprender cada paso que das y porqué lo estas dando; por eso "Claro" que pienso en ella". Ahora, la diferencia radica en que a pesar de que la echo de menos, comprendo que el mundo seguirá girando, y tal vez algún un día o alguna una noche o cualquier hora entre ambos, ella llegara con alguien quien por mera casualidad del destino le pregunte "¿Piensas en él?" y yo me quedaré esperando que ella diga "Claro" con la misma naturalidad, y a pesar de que yo no lo escuche, lo sabré cuando la vea llegar con su paso tímido, sus brazos a medio abrir y entonces nos daremos un abrazo, que nos hará ver todo claro.

                                                                                                                    FABO