La lluvia no humedece más mi rostro,
la luz no refleja ya mi sombra,
el aroma no emerge de las flores
ni el viento juega más con mi cabello.
El sol no brinda su calor sereno,
la luna brilla pálida, sin fulgor ni sentido,
las estrellas brillan a lo lejos... a lo lejos,
el corazón no palpita más.
La mirada se pierde en el infinito,
mi cuerpo ya nos es cuerpo, ni nada,
sin embargo ahora soy parte de todo
y todo es parte de mi.
No soy luz ni sombra,
no soy viento ni sequía,
pero en todo me encuentro,
como el universo es uno.
Ya no como ni bebo,
no respiro, ni muero,
ya todo ha pasado
y sin embargo,
esto no es un final.
FABO