qué importa que recorra senderos
hechos por una esperanza
que se queda en un horizonte lejano.
Y qué si escucho tus razones
que luchan por ser reales
cuando sería tan fácil
dar media vuelta a un mundo claroscuro.
Cada noche dura hasta que el sol sale,
así como mi soledad dura hasta que tu recuerdo
llega dejando su estela de cometa,
atravesando el cielo de lo incierto.
Y qué importa que la vida siga,
que el reloj hable con su pesado juicio
y que el silencio perdure entre los suspiros,
si la esperanza sigue intacta en el rincón más apartado.
Si aún quedan restos de nosotros
esparcidos por el mundo
como cenizas de un volcán
como raíces de un roble.
Y qué si yo te quiero y tu me quieres,
si el destino se empeña en acercarnos
por más alejados que nos encontremos,
distantemente juntos.
Y qué, me pregunto,
si de todos modos nosotros
somos para nosotros y no más,
es momento de moldearnos un mundo nuevo
donde todos se pregunten... y qué.
FABO