martes, 11 de febrero de 2014

El Loco...

Sucede que aquella noche era la más obscura y la más fría, sin embargo, dentro de su mente la claridad lo llenaba todo y el calor le calentaba hasta los huesos; caminaba sin rumbo porque siempre dijo que sus pies eran dueños de sí mismos así como lo eran sus manos y su mente; lograr coordinarlos todos al mismo tiempo era una proeza que pocas veces llegaba a conseguir, tal vez por eso siempre lo tachaban de loco o de enfermo; la verdad es que desde niño se había sentido completamente libre y pensaba que su cuerpo también debía serlo, que cada parte de su ser debía de sentir la libertad que sentía él en espíritu. A veces sonreía sin razón y las personas se asustaban, pero cuando pasaban al lado del señor de rostro serio hasta se quitaban el sombrero; esto le daba mucha gracia "En el mundo, los rostros amables causan repulsión y los severos respeto" pensaba mientras su sonrisa crecía aún más. Caminó hasta llegar a las afueras de la ciudad, en ese momento sus pies se declararon en huelga para seguir caminando, pero como las manos querían llegar aún más lejos pactaron un trato con la espalda siendo así que en una ágil voltereta quedó de cabeza y comenzó a avanzar con las manos, sin perder el equilibrio pues la columna cumplía cabalmente su parte del trato. Llegó por fin a la orilla del río, se sentó y observo el agua correr; era algo sublime, era un sueño ver como los peces y las estrellas se fundían en el agua, y así decidió que era algo en lo que él deseaba convertirse, hizo un consenso y cada parte de su cuerpo estuvo de acuerdo, se despojó de la ropa que tenía y poco a poco comenzó a adentrarse en las aguas del turbulento río. Sus piernas se convirtieron en grandes peces negros, sus manos en colibríes multicolores que salieron disparados del agua, su cuerpo se convirtió en rocas brillantes que se dejaban llevar por el río, su cabeza en luciérnagas relucientes y su espíritu... ese no se transformó, por fin quedó liberado y se fundió con la claridad de la luna, con la brisa del viento y con el caudal del río.

                                                                                                                     FABO 

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