de pie y acostada,
delante de la vida,
a mi lado
y frente a tus temores.
Me gusta mirarte altiva,
con tu rostro por lo alto
aventando sonrisas como flores
que llenan los jarrones más vacíos.
Me gusta mirarte,
en cada paso que doy por la calle,
mirarte en el reflejo de los aparadores,
en las fotos de colores,
en los anuncios que hablan de todo, hasta de ti.
Me gusta mirarte en la penumbra,
donde nos miramos fijamente
y te miro radiante y delicada
como el vuelo de una mariposa nocturna.
Me gusta mirarte decidida,
y que no le temas a nada,
que la fortaleza que llevas en tu mirada
es en la que cimiento la mía.
Me gusta mirarte cansada,
porque es sinónimo de que el mundo
hoy no pudo contigo,
y yo me recuesto a tu lado
cansado pero feliz, por mirarte.
Me gusta mirarte y que me mires,
que nos reconozcamos de inmediato
sin temor a equivocarnos,
que nos miremos por un instante o un largo tiempo.
Me gusta mirarte,
como me gusta encontrarte sin pensarlo,
como me gusta saborear mi comida a tu lado,
como me gusta discutir por nimiedades,
pero de todo,
mirarte es lo qué más me gusta.
FABO