¡Suéltame!
Le grito al viento
que me arrastra contra los riscos
de un adiós inexorable.
¡Suéltame!
Le grito a la desdicha
que llega con su mano fría
a tocar lo tibio de mi alma.
¡Suéltame!
Le grito al reloj
que con sus manecillas me sujeta
a un tiempo perdido y alejado.
¡Suéltame!
Le grito a mis noches
que me sujetan con calma y melancolía
que llora a nubes y estrellas.
¡Suéltame!
Le grito a las mañanas nubladas
que me toman tan fuerte
como un mañana por venir con esperanza.
¡Suéltame!
Me grito al espejo,
pero entre más fuerte grito
menos me escucho.
¡Suéltame!
Te pido
en lo callado de mi habitación
y tú ausencia hace como que no me oye.
¡Suéltame!
por favor,
que el extrañarte me aprieta tanto
que me asfixia los sueños.
¡Suéltame!
Suéltame
Suéltame...
FABO
miércoles, 26 de abril de 2017
martes, 18 de abril de 2017
De ayer, de hoy...
Resuenan las notas antiguas,
las voces del ayer suenan tan claras
y los recuerdo dejan de serlo
para convertirse en realidades.
Tus besos vuelven a quemar
y tu aroma vuelve a llenarlo todo,
mi fe se renueva como en días santos
y mis pecados renacen por ti.
Tus palabras recorren mi ser
y pasan suaves
como una serpiente
que se arrastra por la arena
dejando los surcos de su andar,
dejando esperanzas en el mío.
Tu cintura se ciñe en mis brazos
y mis brazos se entumecen de emoción,
mis manos necias que no te sueltan
y yo apenado por dejarlas.
No quisiera pensar en ti
o por lo menos no tan a menudo,
tal vez sea tu boca roja
o tu vestido negro,
tal vez, sólo sea mi imaginación
o será que esta noche llueve.
Amanece
y el sol se levanta lentamente
dominando el horizonte,
yo por mi parte hago lo mismo,
me levanto lentamente
dominando tu ausencia.
"Es hora de marcharme"
le digo a tu recuerdo mientras lo miro de reojo
"Si quieres, tú puedes quedarte un rato más".
FABO
las voces del ayer suenan tan claras
y los recuerdo dejan de serlo
para convertirse en realidades.
Tus besos vuelven a quemar
y tu aroma vuelve a llenarlo todo,
mi fe se renueva como en días santos
y mis pecados renacen por ti.
Tus palabras recorren mi ser
y pasan suaves
como una serpiente
que se arrastra por la arena
dejando los surcos de su andar,
dejando esperanzas en el mío.
Tu cintura se ciñe en mis brazos
y mis brazos se entumecen de emoción,
mis manos necias que no te sueltan
y yo apenado por dejarlas.
No quisiera pensar en ti
o por lo menos no tan a menudo,
tal vez sea tu boca roja
o tu vestido negro,
tal vez, sólo sea mi imaginación
o será que esta noche llueve.
Amanece
y el sol se levanta lentamente
dominando el horizonte,
yo por mi parte hago lo mismo,
me levanto lentamente
dominando tu ausencia.
"Es hora de marcharme"
le digo a tu recuerdo mientras lo miro de reojo
"Si quieres, tú puedes quedarte un rato más".
FABO
martes, 4 de abril de 2017
En pena...
Ya no tengo en mi mano la tormenta
que en tiempos remotos
explotaba con la fuerza
de tomar las riendas de mi vida.
Ya mi barca se aleja
por las serpientes de los ríos,
por los canales escondidos
de una noche tan cualquiera.
La vela mantiene la llama tibia
aunque tímida,
de una esperanza magullada
por sufrimientos tan ingratos
de despedidas amargadas.
Mis zapatos ya no quieren caminar
y mis pies se sienten aprisionados,
mejor me voy descalzo por el camino,
que así guio Dios mi llegada.
Me quitaré la camisa
el pantalón,
la piel y los huesos
hasta quedar
nomás en simple espíritu.
A ver si así me notas
en medio de la noche fría,
a ver si así te asusto
con mi pinta de alma en pena.
FABO
que en tiempos remotos
explotaba con la fuerza
de tomar las riendas de mi vida.
Ya mi barca se aleja
por las serpientes de los ríos,
por los canales escondidos
de una noche tan cualquiera.
La vela mantiene la llama tibia
aunque tímida,
de una esperanza magullada
por sufrimientos tan ingratos
de despedidas amargadas.
Mis zapatos ya no quieren caminar
y mis pies se sienten aprisionados,
mejor me voy descalzo por el camino,
que así guio Dios mi llegada.
Me quitaré la camisa
el pantalón,
la piel y los huesos
hasta quedar
nomás en simple espíritu.
A ver si así me notas
en medio de la noche fría,
a ver si así te asusto
con mi pinta de alma en pena.
FABO
miércoles, 29 de marzo de 2017
Supongamos...
Supongamos por un momento
que no estoy hablando de ti... sólo supongamos.
Porque en verdad me refiero a las flores
y estrellas que para mí son lo mismo,
unas perfuman las noches,
las otras los campos.
En verdad hablo de las aves libres
que vuelan por un mundo que no las nota
y ellas que ven todo desde los cielos azules.
En verdad hablo de la música,
de melodías ocultas en falsos silencios
que llevan a reflexiones inesperadas
como inesperados son los sueños realizados.
En verdad hablo de altas montañas
y mares profundos,
con belleza que se nota a leguas
y a nudos,
con esencias de vientos fríos
y sal marina.
En verdad hablo de ausencias no reconocidas,
de cabellos de miel y de ojos verdes,
de piel de porcelana, de labios de cereza.
Sabes... me rindo,
supongamos que es imposible no hablar de ti
..... supongamos.
FABO
martes, 21 de marzo de 2017
Insoportable...
No dejo de soñarte,
los claros de luna me matan lentamente
y las estrellas se burlan de mi paso incierto,
son ellas las que guían,
y hoy me confunden más.
Me arranco de la piel tus caricias
y noto el sangrar de las heridas
con aroma a flores de domingo santo,
mi templo derrumbando en menos de tres días
y todo por el golpe de tu ausencia.
Me duelen las manos de no escribirte,
ya ni siquiera puedo sostener la idea con ellas,
ni que digamos una pluma
o un anhelo.
El viento sopla
y me acaricia con su tacto de lija,
me hace daño y yo lo permito,
será que así me acostumbré
por el tiempo que estuve a tu lado.
Los bosques gritan,
los mares me llaman,
el desierto me espera,
mientras yo me hundo lentamente
en los pantanos de un falso recuerdo
de los que enlodan todo
y dejan su aroma enmohecido de un ayer.
¡Ay amor mío!
de no ser porque todo esto
me hace sentir absolutamente vivo,
casi sería
insoportable.
FABO
viernes, 3 de marzo de 2017
Transferencia de calor...
Las sábanas envolvían un recuerdo... más que un cuerpo. La tibieza aún no se escapaba de su piel y el color rosado de sus mejillas se aferraba a ellas como la hoja más débil de la punta de un árbol que se resiste a ser arrastrada por el viento. Su aroma suave aún podía percibirse a escasos pasos; y si uno guardaba silencio y se concentraba lo suficiente, su aliento se podía percibir por la habitación. Todo se sentía sumergido en una nostalgia profunda, tan obscura como un hueco profundo de la cueva más recóndita. Sus labios carnosos aún parecían guardar ese último beso, o tal vez era la esperanza de ese beso que la trajera a la vida, no me decido bien a bien cuál de las dos vertientes sería.
Caminé lentamente hacía su lecho, el silencio sacro se rompía con el eco profano de mis pasos golpeando la madera, malditos zapatos, los maldigo por romper el silencio de su callada voz que grita desde un paraíso cuánto nos amamos. Toqué su cabello suave que mantenía ese color claro como la miel, como pequeños rayos de sol de una tarde que cae rendida ante la noche, yo sentía mis dedos aún más fríos que los de ella, juro que podía escuchar el latir de su corazón como un tic tac del reloj más exacto, un sonido que invadía mis oídos, tic tac... tic tac... el tiempo se volvía nada, sin embargo ella seguía marcando ese ritmo... tic tac... cada vez más profundo... cada vez más intenso, poco a poco dejó de estar en mis oídos para retumbar en mis sienes, en mi corteza cerebral, en mi mente... tic tac... El zumbido de un pequeño mosquito me sacó de mi trance, también maldije al insecto, cómo se atrevía a despertarme del sueño de tenerla en mi mente. Caminé un paso más y tomé su mano fría, la cual absorbía mi calor, por el poco que éste fuera. Sentí como el frío recorría la punta de mis dedos, la mano, el antebrazo, el hombro... era extraño, pero en mi frenesí de temperatura creí notar su brazo menos pálido... sonreí... el nórdico frío seguía su marcha, recorría ahora ambos brazos, mi pecho... el vaho de mi boca se notó claramente como una pequeña nube creada por mí, dejé de sentir las piernas, los pies... y finalmente mi rostro entumecido. No siento nada más... no entiendo nada más, pero creo que la vi sonreír.
Cuando desperté, su mano tomaba mi mano aferrándose a no soltarla. Su gesto era sereno y podría decir que una sonrisa tímida se dibujaba en sus labios, su piel fría no tenía ni un rastro de color. Las lágrimas brotaban por montones, tanto que me sentía ahogada en un mar de tristeza... lo solté y me acosté a su lado "Bruto" le dije al oído mientras lo tomaba del cabello y jalaba de sus ropas... "Te dije que no lo hicieras... te lo dije". Dentro del bolsillo del saco encontré una pequeña nota "Te dejo lo único que siempre fue tuyo... mi vida"... De nuevo "Bruto... te dije que no me trajeras de regreso"
FABO
jueves, 9 de febrero de 2017
Dispuesto...
La noche no se acaba con el partir de las estrellas,
así como tú presencia no se acaba con tu ausencia invisible.
La primavera sigue escondida en ese invierno,
latente como mariposa en capullo.
Presente en un mundo que no la nota,
porque no sabe cómo se ve lo importante.
El beso sigue en los labios,
como una bala cargada en la escopeta del abuelo,
olvidada en el ático
pero lista para la revolución.
La nube sigue en el cielo,
aunque dispersa,
esperando el momento de reunirse consigo misma
y volverse un manto blanco
que proyecta una sombra bajo de sí.
Yo sigo queriéndote,
con un latir normal, de pulso relajado.
Y tú no lo percibes,
y yo no lo menciono.
FABO
así como tú presencia no se acaba con tu ausencia invisible.
La primavera sigue escondida en ese invierno,
latente como mariposa en capullo.
Presente en un mundo que no la nota,
porque no sabe cómo se ve lo importante.
El beso sigue en los labios,
como una bala cargada en la escopeta del abuelo,
olvidada en el ático
pero lista para la revolución.
La nube sigue en el cielo,
aunque dispersa,
esperando el momento de reunirse consigo misma
y volverse un manto blanco
que proyecta una sombra bajo de sí.
Yo sigo queriéndote,
con un latir normal, de pulso relajado.
Y tú no lo percibes,
y yo no lo menciono.
FABO
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