jueves, 3 de abril de 2014

Dónde estás...

Hoy me vi en el espejo y no me reconocí,
será que mi esencia me abandonó
para buscarte por los rincones del mundo
donde se pierde mi todo por encontrarte.

     No lo niego, cada día pienso en ti,
     tal vez más de lo que me gustaría admitir,
     pienso que las noches me hablan por lo bajo
     repitiéndome tu nombre para que te metas en mis sueños.

 El tiempo pasa lento y yo lentamente me fundo con él,
 comienzo a volverme atemporal,
 porque tu no llegas y con tu llegada
 mi vida seguiría con el latir de tu corazón.

       Siento que la muerte me observa desde lejos
        y se burla de mi destino tan frágil,
        me da la oportunidad de decir lo que te tenga que decir
        porque sigues siendo mi motivo de vida.

  Quisiera tenerte aquí, o allá, o en algún lado,
  si no es en mis manos por lo menos en mi lejanía,
  pero no apareces por ninguna parte
  y yo me canso de buscarte hasta el amanecer.

     Ya no soy yo, ni lo que solía ser,
     ahora me siento en un vacío tan lleno de tu ausencia,
     me platico viejas historias, que a veces,
     mezclo con mi realidad tan ilusoria.

           Ya no te pido que vuelvas,
           porque un regreso no se pide, simplemente se da,
           qué importa que llegues de noche oculta en los nubarrones de mi tristeza,
           o de día a plena luz de sol resplandeciendo como un ángel.

   Siento que la locura me invade,
   y soy el más cuerdo de los desolados,
   me gusta admitirlo así sin miramiento ni máscaras,
   porque todo es por tu motivo.

        Hoy no brindaré por nada,
        simplemente beberé porque mi garganta seca
        necesita un duelo de tanto repetir tu nombre,
        aunque mi mente, lo repita todo el tiempo.

                                                                                               FABO

martes, 1 de abril de 2014

Reencuentro...

Mi mano se desliza suave
con un movimiento casi imperceptible
y se posa sobre tu mano tibia
que se queda inmóvil a mi llegada.

       Volteo a mirar tus grandes ojos
        llenos de verdad y de cariño,
        ese cariño que no decrece con los años
        y que pareciese que fue ayer cuando te bese por vez primera.

   Por nosotros no ha pasado el tiempo
   ni por nuestro cariño,
   se nota en nuestra mirada que somos nosotros,
   los mismos, los de entonces.

        Es tan grato encontrarte de nuevo
        y que me encuentres de nuevo,
       notando que jamás nos perdimos,
       que sólo fue un ayer de algunos años.

            Me dices "te quiero"
            sin siquiera despegar los labios,
            yo te contesto "te quiero"
            juntando los míos a tu boca suave de cereza.

     Tu perfume me envuelve
      y mis manos te envuelven a ti,
      tu sonrisa brota como flor de primavera
      tan simple y natural como las mañanas.

Me gustas, de hoy y de siempre,
te recuerdo cruzando entre la gente
y me recuerdo corriendo por alcanzarte,
para que no se escaparan mis sueños contigo.

        Recuerdo la noche de nuestra despedida
        y la noche de nuestro rencuentro,
        recuerdo que siempre me quisiste
        sin importar ni el lugar ni el momento.

Recuerdo nuestro ayer
como si hubiera sido hoy
y nos recuerdo hoy
como si nunca hubiera sido ayer.

                                                                                                        FABO

       

domingo, 30 de marzo de 2014

Carta para usted...

Buen día, espero que se encuentre de lo mejor y que sus días estén pasando con la levedad más sincera que el mundo le puede ofrecer en estos días de primavera; seguro estoy que se encuentra tan radiante como siempre, pues usted, y perdone mi atrevimiento, es hermosa a todas horas, no le digo bonita o bella porque esos son adjetivos que no le van, bonita es una flor recién cortada,  bella es una mujer en un lindo vestido; en cambio usted trasciende todo aquello para llegar a lo puramente hermoso, es decir como la mañana que despunta o el atardecer ocultando el sol entre los verdes cerros, simplemente hermosa... Bueno, no era mi intención desviarme del tema, tan sólo quiero reiterarle que pienso en usted, aunque debo de reconocer tristemente que ya no es el primer pensamiento que tengo al despertar, sin embargo durante el día, la huella de su recuerdo impregna el ambiente con ese sutil aroma inconfundible que me lleva a sentirme a su lado como hace tiempo. Sin embargo, las horas pasan y su perfume tan volátil se esfuma casi al instante, entonces regreso a mí y sigo con mi vida, las noches ya no son tan obscuras sin usted aunque no le niego que en algunas ocasiones llega su mirada a mi memoria y siento ese vació de no tenerla. A veces la sentía tan mía que me atrevía a decirle "te quiero", pero hoy créame no me tomaría tal libertad, pues siento que ahora es más ajena a mi incluso que cuando aún no la conocía, su distancia no se mide en kilómetros sino en suspiros, y sé que estamos a una distancia considerable uno del otro. He intentado encontrarla y no lo he conseguido, he querido seguir sus pasos, sus ideas, sus pensamientos, sus lamentos, sus aventuras, sus alegrías y sus infortunios, compartirlos como si fueran míos porque para mí estar juntos es compartir lo bueno y lo malo, sobre todo lo malo para que su carga repartida sea más fácil de llevar; sin embargo sólo lo he conseguido imaginándola, es decir, me he contado su historia tantas veces que aunque sé perfectamente que sólo es una novela, usted es el mejor personaje que he conocido; por ello no sé si realmente es de usted de quien me he enamorado o si sólo me he enamorado de lo que pienso de usted; no me gusta imaginarla como un espejismo, pero al parecer así lo es. La he esperado tanto tiempo, le he escrito cartas vibrantes y poemas sinceros; no sé si buenos o malos; y la verdad no es lo que me importa, pero sí son desde un alma atormentada por su llegada, tan esperada como inesperada, pero creo que usted no llega y yo no sé bien a bien a quién espero, sé que tiene su rostro y su mirada, su figura y su aroma; pero no sé si es realmente usted; de ser sincero eso me atemoriza porque no quisiera ver que aquella mujer tan familiar para mi, es completamente ajena a mi realidad. Tengo miedo de salir a buscarla y encontrarla, ya no sé si quiero hablarle de todo esto en su oído o si prefiero escribirlo en un rincón donde me encuentro oculto a su mirada pero expuesto a su corazón; yo la quiero y la querré siempre, eso es indudable, lo que me atormenta es la duda del porqué de su lejanía teniéndonos tan cerca, pero la verdad a veces pienso "ya qué más da". Quisiera algún día volver a llamarla por su nombre y encontrarnos como dos amantes que se aman y no sólo se agradan, porque si sólo me agradara entonces sería usted una perfecta desconocida, y no quisiera tener la amargura de tenerla conmigo a distancia. Me despido de usted deseándole que este siempre bien  y recordándole que aún la recuerdo... ¿ y usted se recuerda?.

                                                                                                                               FABO 

miércoles, 26 de marzo de 2014

Yo la conocí...

Yo la conocía de memoria
sin embargo al tenerla ahí a mi lado
descubría cada parte de ella
como un explorador ingenuo y perdido.

      Conocía su rostro y sus facciones,
      esa forma de torcer la boca con desagrado
      o ruborizarse por una palabra,
      esa mirada de gratitud que lo decía todo sin decir nada.

  Yo sabía de memoria su mirada de furia,
   sus manos suaves y pequeñas,
   su cuerpo delgado y espigado,
   su andar incierto y tan firme.

        Yo la veía sin mirarla,
         en todos lados y a todas horas,
         la vi en mis viajes y en mi recámara,
         la vi en mis manos y ahora en su ausencia.

    Recuerdo con exactitud su sonrisa,
    la que me conquistó al mirarla,
    su voz de niña mimada,
    su boca de besos guardados.

         Sé bien de su lucha por la vida
          y que la vida también lucha con ella,
          que se entregaba sin reservas
           y por ello es tan experta en su inocencia.

   La recuerdo con su vestido ceñido
   y mis manos ceñidas a su cintura
   la veo bailando suave y a su ritmo
   y yo a su lado siguiéndola hipnotizado.

        Creo yo, que la conocí muy bien,
        creo yo, que también me recuerda,
         creo también que fuimos juntos,
         y estoy seguro, que jamás me conoció.

                                                                                 FABO

martes, 25 de marzo de 2014

De mi pasado...

Cuando volteo
y veo mi sombra con los pasos que he dado
no puedo hacer otra cosa sino sonreír,
a veces pienso que soy la burla de mi mismo.

       Veo mis errores tontos y mis errores adecuados
        pero de todos aprendo y me da gusto verlos,
        son como ese viejo amigo que llegó con su consejo
        y al final te ve a los ojos y repite "te lo dije".

  Sigo caminando y me tropiezo,
  seguramente caeré con la cara al piso,
  dolerá y en alguna ocasión dejará una cicatriz,
  sin embargo me levantaré, sacudiré el polvo y seguiré adelante.

                  Hay que caer a veces
                  para saber que la fuerza que nos motiva
                  existe y existimos para ella
                  porque el camino difícil, es el que deja huella.

    Yo me voy por el sendero de la vida
     tomando rutas alternas
     que me llevan a destinos fortuitos
      y que alguna vez me dan sorpresas.

           No me arrepiento de nada
           sin embargo alguna vez me alcanzan mis juicios
           los que me reprochan con sus fantasmas del ayer,
           yo los escucho, pero el pasado, pasado es.

   Te recuerdo mucho o poco,
   me preocupo mucho o poco,
   me siento inseguro mucho o poco,
   pero siempre me ocupare mucho
   de lo poco que tenga en mis manos.

                                                                                                           FABO

lunes, 24 de marzo de 2014

Costumbres...

Ya soñarte se me está haciendo costumbre,
que pena que no seas más que eso,
un simple sueño en donde te tengo
hasta que despierto.

      Ya tu ausencia se me está haciendo costumbre,
       te recuerdo y sonrío, porque siempre me haces sonreír,
       sin embargo no dejas de ser sólo eso
       un recuerdo que llena mi mente y no mis brazos.

  Ya extrañarte se me está haciendo costumbre
   y te extraño siempre y todo el tiempo,
   pero a veces eso no me basta
   y eso siempre es un adiós sin despedida.

          El no besarte se me está haciendo costumbre
          y mis labios poco a poco de desacostumbran de los tuyos,
          a veces me pregunto a qué sabían tus besos
          y tristemente tengo que esforzarme para recordarlo.

  Tu silencio ya se me está haciendo costumbre
   porque no te escucho en ningún lado,
   antes por lo menos, el viento me traía tu sonrisa,
   hoy ya ni siquiera tengo eso.

         Ya tu partida se me está haciendo costumbre
          entonces me pregunto si no será
          que el estar lejos se vuelva  lo de siempre
           y así el quererte, poco a poco
                                                                 ...se me esté haciendo costumbre.

                                                                                                                     FABO

La noche estrellada...

Las nubes se arremolinan
y frente a mi crean figuras conocidas,
no sé si será la claridad de la noche
lo que me lleva a perderme en tu mirada.

     Se eleva un árbol de sombra negra
     que se mece con ritmo y cadencia,
     creo que es solo un grato recuerdo
     de aquello que tuve y que no era.

          La torre de la iglesia se nota a lo lejos
          elevándose rígida por completo,
          con su figura de autoridad vieja,
          que me hace querer tocarla por sentirla desolada.

   El pueblo permanece quieto
   con sus pocas luces encendidas,
   las casitas no advierten tu olvido
   pero si recuerdan tu lejanía.

         El bosque se nota verde y
         la vida brota por donde quiera que miro,
         pero por donde quiera que miro,
         también te encuentro llena de vida.

                     Las montañas azules se alzan a lo lejos
                     imponentes, suaves y quietas
                     parecen eternamente dormidas
                     o tal ves son un infinito guardián de tu silencio.

        Arriba a mi derecha está esa luna imponente
        brillando sin agotarse ni inmutarse,
        ella brilla por si sola y porque quiere,
        como tú, que lo haces aún sin tenerme.

             Pequeñas estrellas salen a su paso,
             juegan, bailan y se entrelazan,
             las nubes las envuelven por completo
             y su calidez se siente con nostalgia.

     Se crean formas sin ser formas,
     se crea un mundo ante mis ojos,
     todo es hermoso desde mi perspectiva,
     y tú, que no estás aquí para admirarlo.

                                                                                                       FABO