La noche se siente más obscura que nunca,
el silencio lo llena todo
y sólo el eco de mis pasos
me recuerda que aún respiro.
Camino a ninguna parte
con el recuerdo de tu perfume
aún clavado en todos mis sentidos,
embriagado de ti,
con esperanza de ti.
Siento como entro a la boca de un lobo,
sin embargo, no puedo detenerme,
y poco a poco se desvanece la bruma
de un recuerdo a punto de ser olvidado.
No puedo más,
estoy rendido y las fuerzas merman
como la esperanza de encontrarte
en mis manos vacías.
Cierro los ojos y te veo,
puedo escuchar tu suave voz
contar esas penas de antaño
mientras una lágrima recorre tu mejilla
exorcizando recuerdos de aquellos demonios.
Siento tu piel fría,
y la lluvia fina cae, pero no te toca,
sé que eres un sueño
y yo quiero dormir por siempre a tu lado.
Tu voz se quiebra
y yo estoy a punto de hacerlo,
siento rabia de imaginarte indefensa,
sin mí a tu lado, pero así fue.
No puedo más y abro los ojos,
la verdad no me sorprendo
al tenerte sentada a mi lado
con tu suéter claro y tu pantalón obscuro,
tal como eres tú,
tal como soy yo.
Te tomo entre mis brazos
y te digo que te quiero,
que alegría al tenerte así
pues la noche cobra su brillo natural
como es natural quererte.
Quédate a mi lado,
sálvame de todo,
hasta de mí,
porque contigo, no es que me sienta seguro,
es que de verdad lo estoy.
Déjame salvarte
extenderte mi mano,
sujétate fuerte
mientras yo te guío por un sendero
que nos llevará a donde pertenecemos.
Sálvame,
sálvate....
seamos ese paraíso
donde nadie pueda tocarnos.
Estemos aquí y ahora,
salvémonos hoy,
que juntos
nos daremos un mañana.
FABO