Merhaba hermosa, hoy te recuerdo desde la impresionante ciudad de Estambul, me encuentro en una terraza en la que domino la vista a mi izquierda de Hagia Sofia y a mi derecha la Mezquita Azul, ambas hermosas he impactantes que se alzan altivas con el mar de fondo, las gaviotas surcan el cielo y hacen que el cuadro sea perfecto; esta ciudad lo tienen todo tal vez por eso fue en su tiempo Constantinopla el centro del mundo, como tú eres el centro del mío; la cultura musulmana tan distinta a la nuestra y a la vez tan cercana me hace sentir a veces en casa y otras tantas me recuerda que voy de paso. Aquí el comercio es fuerte y el turco sabe su negocio, me da gusto que el idioma puede dificultar un poco las cosas pero jamás será una barrera para entendernos, como entre tú y yo, a veces no nos entendemos pero siempre nos comprendemos. La mirada turca me ha impresionado, los hombres viejos tienen esa mirada profunda de continua reflexión y las mujeres esa mirada fuerte que hace notar un espíritu inquebrantable detrás de los velos que cubren todo menos sus ojos. Estar aquí me hace pensar que en el mundo hay espacio para todos, no importa nada, solo el respeto, que las religiones son ideales propios y que el mundo es compartido, que las barreras las imponemos nosotros con pensamientos retrógradas y cerrados y que la vida se abre para aquel que quiera vivirla, no importa donde ni como siempre que aceptes a los demás como son y que seas feliz con lo que haces, como yo, que soy inmensamente feliz cuando estoy a tu lado. Te quiero.
FABO