El silencio llega
y con él la falsa calma,
la noche se llena de recuerdos
que desplazan ésta absurda realidad.
Ya no creo en sueños
ni en esperanzas,
no creo en los milagros
ni en las promesas.
Afuera la ciudad palpita,
la vida sigue
y nada cambia,
afuera no soy nada,
afuera tampoco tú lo eres.
No es que sea la noche
o la mañana,
son días que pasan
como todo pasa
y yo sólo espero.
Pero hoy, es diferente,
he decidido que dejaré de esperar,
me doy cuenta que no hay nada,
así que me levanto
con la idea de llegar a otro lugar.
En algún espacio,
en algún momento
tal vez algo llegará,
mientras tanto
he decidido
que dejaré de esperar...
FABO
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