No te quedes inmóvil entre cuatro paredes,
no veas el sol que brilla por tu ventana
y pienses, "que buen día hace",
sólo para dar la media vuelta y regresar a la sombras.
No temas salir porque hace frío y congela el alma
o llueve y el agua diluye tu fuerza,
o el aire arrastra la esperanza
o el calor derrite tu ternura,
ten el valor de salir y enfrentarte a ti misma.
No te concedas falsas indulgencias
ni te perdones tus necedades
que al rato te odiarás por ser quien eres
y tendrás que aguantarte hasta que mueras.
No te escondas entre cuatro paredes,
donde no te afecta el desamor y el rechazo,
deja que la nostalgia te llene y te vacíe
que la vida es vida por el hecho de sufrirla.
No te ocultes al deseo,
deja que te lleven tus instintos
que el arrepentimiento es algo de todos los días
pero las oportunidades se pueden presentar únicas.
No te escondas para no querer, ni que te quieran,
no te escondas con el pretexto de no sufrir
o por las heridas del pasado,
que aquello que pasa por tu ventana no ésta lejos,
pero si se va... no volverá jamás.
No dejes que el " y sino" le gane al "puede ser",
ten el valor de ser tú bajo cualquier circunstancia,
que la vida no da nada si uno no lo toma
así que vívete y muerte a diario,
renaciendo con el recuerdo de lo que fuiste
y con la promesa de lo que serás.
No te quedes entre cuatro paredes,
que yo te quiero como tú me quieres
y es verdad que te llevo serenata a tu balcón,
pero si te quedas entre cuatro paredes,
no me besarás jamás.
FABO