Qué me queda por ofrecerte
si te he dado todo,
desde sonrisas sinceras
hasta discursos certeros.
Ya te dí muchas noches en vela
recibiendo amaneceres que no llegan contigo,
ya te brinde la tinta esparcida
en ese cielo blanco de extrañarte.
Te he dado cada uno de mis sueños,
los que he tenido dormido y despierto,
te he dado un quizás y un por cierto.
No me quedan más besos repartidos por tu cuerpo,
ando falto de abrazos y nostalgias,
y puede que aún tenga algún "te quiero"
escondido entre suspiros, pero no lo sé de cierto.
Me he quedado pobre de mi
pero tan rico de ti,
que es momento de pensar en el retiro,
porque al haber querido tan poco de mi
por fin he llenado mis arcas de ti.
FABO