lunes, 9 de marzo de 2015

Inmóvil...

Ni miedo,
ni furia,
ni rencor,
sólo olvido
y nada más.

      El frío no se siente
      y el calor no derrite la nieve,
      el faro ya no guía
      y el viento no me lleva a ti.

  El árbol no crece,
  la flor no abre
  y el ave no canta más.

        El mundo habla y no dice nada,
        los pasos se pierden en sí mismos,
        estoy cansado de nada y de todo.

  Observo un atardecer que no acaba
  y las nubes permanecen estáticas,
  el mar se encuentra en calma,
  los recuerdos se esconden
  para no ser descubiertos.

        Nunca pude acostumbrarme
        a una vida tan de siempre,
        nunca pude acostumbrarme
        a tu ausencia repartida en todas partes.

   Parece que todo vuelve a la normalidad,
   el mundo se mueve
   y me doy cuenta entonces
   que el inmóvil
   siempre fui yo.

                                                                                                             FABO

         
       

viernes, 6 de marzo de 2015

Nos quisimos a destiempo...

La miré directamente a sus grandes ojos negros, y sin más ni más le dije que quería pasar mi vida a su lado, lo dije claro y seguro para que no existiera duda alguna, quería que notara que la seguridad no radicaba en mí sino en ella, que notara que la vida existía porque ella le daba sentido. Pude notar como sus ojos grandes se abrieron aún más y el asomo de una lágrima amenazaba con recorrer su mejilla, sin embargo creo yo que su orgullo puede más que su deseo de libertad. Giró el rostro mientras tomaba su copa con la mano derecha y yo me aferraba a su mano izquierda como si estuviera a punto de caer por ese profundo barranco perdiendo mi vida al instante encontrando en su mano la única salvación posible, y era verdad... yo no dejaba de mirarla fijamente pero me supe perdido cuando de una manera sutil fue deslizando poco a poco su mano fuera de la mía, sentí como su calor me abandonaba, como mi vida perdía su candor y como iba cayendo por esa fosa profunda, obscura y lúgubre del inminente olvido. De nuevo colocó su mirada frente a la mía y a pesar de sentir esa caída libre dentro de mí traté de permanecer lo más impávido posible, que no se notara la muerte de aquel golpe fatal que estaba a punto de suceder, retiré mi mano y tomé mi copa; se notaba que ella no sabía cómo comenzar ese monólogo que me enterraría debajo de cada roca de sus palabras, un pequeño sorbo de ambos al vino, al mismo tiempo, que irónico que ni siquiera en ese gesto sincronizado pudiera notar nuestra pertenencia mutua; colocó con suavidad la copa en la mesa y pareciese que ese trago le dio el valor que por un segundo antes le hizo tanta falta; y comenzó... "¿De verdad quieres pasar el resto de tu vida conmigo?, ¿Y por qué? ¿Qué es lo que puedo yo ofrecerte para que alguien como tú busque estar por el resto de su vida a mi lado?, si de verdad quieres saber esa respuesta, lo único que puedo ofrecerte son demonios de un pasado arraigado en un alma incomprendida, te puedo dar noches largas de insomnios innecesarios, te puedo dar todo aquello que no necesitas para ser feliz, y créeme que no es falta de amor, muy por el contrario, es tanto mi cariño que no busco lastimarte, que termines odiando todo eso que has querido y entonces aquel paraíso que ofreces se vuelva un vació tan grande que no quede ya nada de ninguno de los dos, lo siento pero no puedo permitirme arrasar con tus sueños como el mundo arrasó con los míos, por más que quisiera que fuera de otro modo, por más que la vida me enseñe que nos pertenecemos, por el momento no puedo aceptar que la vida se muestre tan bella, sé que puede sonar incomprensible pero no está en mi instinto... Lo siento". No dijo nada más, esperó por un instante mi respuesta, pero no la tuve, ¿Qué se puede responder ante una sentencia de muerte?, ¿Qué se puede decir en un momento así?, ella sonrío con desgana, se levantó y tomó su bolso "No mereces esto, lo sé y de verdad lo siento" fue lo último que dijo y se marchó con un paso suave, con esa cadencia que tiene al caminar, era una muerte tan aterradoramente bella, y se fue de mi vida...

Los días y las noches pasaron, junto con los meses, las estaciones, los años... A pesar de ser un recuerdo inmóvil la lejanía de éste me hizo pensar en muchas ocasiones que solo había sido un sueño, uno claro y vívido, pero nada más, algo que en algún momento fue tangible pero perdido en una maleza de sinsabores mezclados en una turbia realidad inventada; o por lo menos eso me repetí tantas veces hasta creerlo real. Pero así como son las tormentas, como lo es ella, apareció de nuevo de la nada con su sonrisa de sol y su mirada de un juramento de tempestad para una vida por fin en calma. Se acercó y en cada paso que daba el corazón se desbocaba como un potro salvaje por años sometido que alcanza a ver una salida a su continua opresión. "Hola" murmuro a quemarropa, cómo era posible que con una simple palabra proferida por sus labios rojos todo el mundo se detuviera para escucharla, para quererla, para rendirse a lo que el destino mande; "Hola" respondí con una sonrisa honesta, caminamos por la plaza que poco a poco cambiaba su color y su textura con la llegada de la noche. Finalmente me miró directamente con sus grandes ojos negros, y sin más ni más me dijo que quería pasar su vida a mi lado he inmediatamente después volteó su mirada hacia la nada, era extraño pero esta vez no sentía ese vacío de aquel día, tal vez la caída había sido tan fuerte que había destrozado todo lo que fui en ese momento, tal vez cada palabra me enterró tan profundo que ya no quedaba nada más de ese pobre difunto, tal vez la tierra se había tragado esa conciencia y el de entonces no era más el de ahora, las palabras resonaron en mis oídos, en mi mente, en lo más profundo de mi ser; parecía la misma historia contada a través de un espejo. Pude sentir su mirada clavada en mí, mientras yo clavaba la mía en la fachada de un edificio del año 1800, analizando cada cornisa, cada elemento arquitectónico de tan bella construcción, podía leer claramente las palabras que me había dicho cinceladas en las columnas, en los balcones, en los adornos de piedra, en las figuras; no cabe duda que ella era una fusión perfecta en cualquier tipo de arte. Sentí de nuevo su mirada fija y esto me trajo a la realidad, coloqué mis manos bajo la barbilla y comencé... "¿De verdad quieres pasar el resto de tu vida conmigo?, ¿Y por qué? ¿Qué es lo que puedo yo ofrecerte para que alguien como tú busque estar por el resto de su vida a mi lado?, si de verdad quieres saber esa respuesta, lo único que puedo ofrecerte es un ayer con miras a un futuro prometedor, puedo darte ese pasado que tanto quisiera haber vivido contigo, puedo ofrecerte esas experiencias y memorias adquiridas en viajes, en cafés, en charlas de todo y de nada, puedo ofrecerte esas noches de insomnio donde no estuviste o en esos días de triunfos que tampoco compartimos, puedo ofrecerte una vida que he vivido a tu lejanía con tu recuerdo todo el tiempo, te puedo dar un pasado que de cualquier forma ya sucedió y no estuviste ahí para vivirlo. Entonces como podrás notar, esa vida que podría haber compartido contigo no existe más, porque ya ha sido vivida, ahora soy yo el que sólo puede ofrecerte mis demonios de un pasado, porque es lo único me queda de esa época en la que hubo un nosotros y que después no lo fue más, siempre te he sido sincero y sabes que lo que digo es verdad. Puedo prometerte que no he dejado de quererte ni un sólo día desde el primer instante en que te vi, pero la vida pasa, nosotros pasamos y al final no pasó nada... Tal vez en otra vida, o en otro momento o en otro mundo tú y yo hubiéramos sido felices compartiendo una historia juntos, pero hoy no puedo ofrecerte algo que no tengo más... lo siento" y el silencio lo dominó todo, esperé una respuesta por su parte pero sólo pude notar como cerraba sus ojos mientras su rostro mostraba el perfecto entendimiento de mis palabras, la besé en la mejilla, me levanté y cuando me di media vuelta sólo pude decirle "No mereces esto, lo sé y de verdad lo siento". 

                                                                                                           FABO

martes, 24 de febrero de 2015

En mi almohada...

Hoy desperté,
y tu aroma no descansaba en mi almohada
ni tu calor daba vida a mi sábanas.

       Hoy camine por la calle
       y tus pasos no seguían a los míos,
       o viceversa,
       mi reflejo en los aparadores 
       era eso,
       sólo el mío.

              La tarde me llegó de repente
              y yo esperaba que llegaras de la misma manera,
              el mundo seguía adelante
              mientras yo dudaba en seguirlo
              sin tomar en cuenta que me lleva sin que lo note,
              sin que lo quiera,
              sin que lo impida.

     Hoy vi viejas amistades,
     que ya son mis familiares,
     extraños que se han vuelto tan de casa
     y tú tan de casa 
     que se esfuerza en volverse extraña.

            Me encaminé a la noche
            sin miedo ni pesar,
            porque el temor es la ausencia de confianza,
            pero sin ti últimamente
            ando ausente de todo.

    Llegue a casa,
    y noté lo gracioso que es 
     que aún no me acostumbre a llamarle hogar.

     Por fin "hoy" se acaba
     y  entraré a ese mundo de sueños,
     aunque lo último que note antes de dormir
     sea que tu aroma
     no descansa en mi almohada.

                                                                                                                               FABO 


viernes, 13 de febrero de 2015

Me gustaba verla sonreír...

Me gustaba verla sonreír, y no lo tomen a la expresión melosa de "es que su sonrisa es la mejor del mundo"; seguramente su sonrisa no era la mejor del mundo, sus labios eran delgados, es decir, no tenía esa boca carnosa seductora de comercial de chocolates prohibidos; sus dientes eran lindos, no de ese blanco que se ve en los comerciales de dentífrico, ni completamente derechos como las sonrisas de los artistas que salen en la televisión. De hecho sus dientes eran normales, como los que se ven en las filas de los bancos, del supermercado, de la parada de autobús... sin embargo yo al principio dije que me gustaba verla sonreír, no que me gustaba su sonrisa; y es que verla sonreír era divertido, siempre giraba un poco la cabeza hacia la derecha, entrecerraba los ojos y levantaba la ceja derecha levemente, casi imperceptible, podría pasar desapercibido para cualquiera pero no para el ojo entrenado de aquel que ha pasado sus noches estudiando cada movimiento que hacía, cada detalle en su rostro, como ese pequeño lunar junto al parpado derecho, o la cicatriz que se hizo por caerse de un columpio a los cinco años. Me gustaba verla sonreír porque en verdad lo hacía con ganas de sonreír; no vendía sonrisas vanas, no gastaba la energía de un sólo músculo en vender falsedades a quien estuviera a su lado, si tenía ganas de sonreír lo hacía y punto; ya fuera porque realmente dijiste algo con gracia o por que le daba un poco de pena, porque vio a alguien resbalar en la calle, porque recordó un chiste o porque finalmente lo entendió. Sabes... era sincera, no digo que fuera totalmente transparente, pues yo creo que nadie puede serlo por completo, pero ese sólo detalle en ella, el que su sonrisa saliera espontánea y sin frenarla o alentarla, que fuera como era, hacía que valiera la pena verla sonreír. A veces me pongo nostálgico y veo la tarde gris con su amenaza de lluvia, tal vez a todos nos ha pasado alguna vez, pero en mi caso algunas veces pienso si será extraño que las tardes como ésta sean las que más me recuerdan cómo me gustaba verla sonreír, será tal vez porque eso siempre me reconfortaba. Desde el principio, o sea, desde la primera vez que la vi sonreír me gustó observarla, y conforme pasaron más y más sonrisas, hacía lo imposible por verla así, sonreír y contenta, era como una droga para mí, no en el sentido de que fuera una adicción mal sana, muy por el contrario, era ese efecto de relajación, de felicidad, como el que te da comerte un chocolate o quitarte los zapatos después de caminar por largo tiempo, era refrescante, agradable, y me hacía sonreír a mí también. Algunas veces me preguntaron si estaba enamorado de ella, y la verdad es que nunca supe contestarles, no es que yo sea precisamente un experto en cuestiones del amor, no sé si el amor se define en que me gustaba verla sonreír, sin embargo, no creo que pudiera existir una razón más honesta para querer estar con ella; era esa necesidad de hacerla feliz para que sonriera, tampoco sé si fuera un motivo egoísta, ¿es egoísmo comprar un boleto cada domingo para entrar al museo y ver esa pintura que te hace sentir mejor?, ¿es egoísmo sentirte mejor por querer ver algo tan bueno que hace que las tristezas del mundo se te olviden por ese instante?, tal vez eso era el paraíso, el verla sonreír y que de verdad me gustara observarla; por ese breve lapso de tiempo que puede durar una sonrisa, por ese instante, yo era feliz y ella conmigo. Entonces pienso que el egoísmo sería no mostrarla a todo el mundo, sería como tener el mejor poema jamás escrito dentro de un cajón, una obra maestra de la pintura envuelta en trapos, o la mejor pieza musical que nadie escuchará jamás; pero no era así, ella sonreía todo el tiempo, al decir los buenos días, al agradecer algo, al sentir mi mirada perdida en su rostro buscando esa expresión renovadora; la compartía con el mundo, aunque el mundo a veces no la notara, no sé ... tal vez si estaba enamorado de su sonrisa... ahora ya comienza a llover y se escuchan las gotas estrellarse contra el pavimento, y... no sé... me gustaba verla sonreír....  

                                                                                                FABO

martes, 10 de febrero de 2015

Me gustaría...

Me gustaría hacerte el amor
y el desayuno,
no sé si en ese orden
pero si en éste instante.

         Me gustaría pasar noches en vela
         cuidando que nada te falte
         y no sólo pensando
         en la falta que me haces.

  Me gustaría cruzar el río
  tomado de tu mano
  y me gustaría que el río nos cruzara
  tomados del alma.

        Me gustaría olvidarte,
        aunque la verdad...
        a quién quiero engañar
        si tu recuerdo es mi vida.

   Me gustaría decirte buenas noches,
   aunque sea de día,
   o de tarde
   o no sea nada, pero hablarte lindo,
   eso me gustaría.

       Me gustaría abrazarte
       aunque sea octubre o marzo,
       abrazarte como el viento abraza al árbol,
       como la raíz abraza a la tierra.

Me gustaría pensarte,
                                        imaginarte,
            describirte,
                                          escribirte,
    pintarte,
                        cincelarte,
                                            actuarte,
   cantarte,
                    musicalizarte,
                                              dramatizarte,
   saborearte,
                         exponerte,
                                               conocerte,
vivirte,
                     amarte.

 
 Me gustaría...

                  me gustaría.....

                                         me gustas....

                                                                                              FABO

     


       
     
       

viernes, 6 de febrero de 2015

Comenzando por tus labios...

Hoy quiero recorrerte toda,
subir a esa barca de ensueño
que se esconde en tu piel suave
y que me llama como paraíso aterrador.

      Quiero sentir que la vida no nos alcanza
      y que el tiempo se detiene conforme 
      mis manos avanzan.

          Tu mirada furtiva volteará a cualquier parte
           buscando razones,
           motivos,
           pero todo será inútil,
           nada tendrá sentido, 
           porque lo divino no se entiende.

  Tu aroma llenará mi ser
   y yo, 
   no podre soportar más
   la angustia de pensarte lejana
   teniéndote tan próxima a mi alma.

        Eres mi deseo cumplido,
        mi redención,
        mi condena,
        mi culpa,
        mi todo en una nada absoluta.

  Conoceré cada parte de ti,
   y trazaré un mapa de cada borde,
   montaña y valle,
  conoceré cada rincón que ocultas,
  
                                         comenzando por tus labios.

                                                                                                                   FABO

jueves, 5 de febrero de 2015

Una Revolución de las de averda...

Lo qué hace falta es una revolución, pero de las de "averda" como decía Don Juan el que se subía a su bicicleta a sus 70 años para reparar cualquier lavadora o licuadora a domicilio. Decía que hacía falta una revolución como la de Zapata, pero que fuera real no como la que una "bola de escuincles babosos" que dicen preferir morir de pie que vivir de rodillas y lo confunden con "romperle la madre" a cuanto ven, lanzando golpes al bueno y al corrupto, dejándose llevar por las emociones, dejando que el mismo gobierno al que se quieren "reventar" sea el primero que se los revienta a ellos por no saber pensar por sí mismos, por creer que el quemar, romper, deshacer, robar, golpear, saquear, asustar... etc... es la respuesta, cuando precisamente es contra eso por lo que según luchan. Don Juan me decía que la doble moral está en los dos bandos, porque el gobierno pegaba duro pero se ponía un guante para que no se viera, y los rebeldes se ponían un guante para soltar el "madrazo" y sentirse nuevos caballeros que defienden el honor de una nación tratando de deshacerla. Yo lo escuchaba absorto y callado mientras él estaba sentado afuera de su casa con la mano derecha sobre su rodilla, con el pantalón de mezclilla algo sucio, su camisa azul arremangada hasta los codos y con el sombrero en la mano izquierda tratando de alejar ese calor que le hacía derramar gotas de sudor por su frente ya arrugada por los años. Tomaba un respiro y me decía; a veces pienso que tanto revoltoso en su vida ha trabajado, me da gracia que digan que debemos recordar que "La tierra es de quien la trabaja" mientras ellos roban o no hacen nada y se quejan de todo y todo quieren que les de el gobierno, quieren que les paguen el doctor, que les paguen la despensa, ya nomas no piden que les paguen sus "tragos" y sus "faritos" porque por lo menos el vicio es sagrado y si uno no se lo paga, pues no le sabe. Me da risa pensar en que se sienten muy hombres aventando botellas, cuando más hombre es el que se levanta temprano para recogerlas y venderlas, a estos ya no les toco la verdadera Revolución, tampoco digo que haya sido la mejor o la ideal, pero por lo menos en esos tiempos la gente sabía por qué luchaba, tenía valor y sabía que era una lucha por amor, aunque suene medio raro, era por amor "de verda que te lo digo" porque para mi es la única razón verdadera que hay para luchar, porque si uno no ama algo, ni a sí mismo, entonces lucha por lo que otro ama, por lo que otro piensa, por lo que otro le dice y se vuelve un borrego que se piensa lobo feroz. Yo no sé que sea todo eso del petroleo o de la bolsa; yo del único petroleo que sé es del que le ponía a las lámparas para que mi "vieja" (y lo decía en la forma de vejez, no despectivo) pudiera coser en la noche las camisas que le mandaban, yo la única bolsa que conozco es la que uso para llevar mis herramientas; por eso yo digo que las revoluciones se hacen por amor, por ese amor que uno siente por su tierra por su casa, por su familia, por su país, porque yo soy mexicano y no entiendo como los demás mexicanos prefieren agarrarse a "trancazos" entre ellos, antes de hablar, de entenderse; tampoco digo que sean "zacones" porque cuando uno tiene que defenderse pues no queda de otra y hay que poner los puños bien en alto y no dejarse, pero "nomás pa" defender no para "chingarse" al otro, porque entonces ¿qué somos? ¿animalitos?, ni eso porque los que te dicen "te portas como un animal" nunca han visto como se comportan, nunca han estado en el campo, yo no veo que un caballo agarre y quiera "joderse" a otro caballo "nomás" por el puro gusto de sentirse más "fregón" de ver si le quita su comida, de ver si lo admira, esas son "tarugadas" nuestras, los de arriba deberían de ver por los de abajo, y los de abajo deberían de ver por sí mismos. Lo que no entiende la gente es que de verdad no "semos" pobres, "semos güebones" todo queremos que nos den en la mano, siempre queremos que nos atiendan primero, que nos den el pilón, que nos cobren menos, ganar más trabajando lo menos que se pueda, que nos traten mejor porque "semos" amigos o conocidos o parientes de tal, se quejan de que no alcanza pues entonces "trabajele" más, levántese más temprano; claro que los que mandan casi siempre nos buscan fregar pero, ¿por qué los dejamos? y no digo que vayamos a romperles los vidrios o a tirar las puertas, ¿eso qué? ¿a mi que "chingaos" me beneficia que hagan eso?, en nada, ni a "uste", ni a nadie, ¿que hagan eso va a hacer que mi trabajo me de más dinero? ¿que hagan eso va hacer que la comida esté más barata?, esas son ideas "pendejas". Que hablen ellos que saben, ellos que fueron a la escuela, ellos que leen de cosas importantes. Yo no tuve oportunidad de aprender más porque me tuve que meter a trabajar, y no es disculpa, pero cada quien tiene la obligación de hacer lo que pueda, y entre más sabes y más conoces, más responsabilidad tienes, muchos piensan que ser doctores o ingenieros es para que ellos salgan adelante, y sí, pero también es para que saquen al país del agujero en el que está, porque si no son ellos ¿"entons" quién?, yo no quiero perder la esperanza de que esto pueda cambiar y mejorar, de "verda" que tengo fe en que los que usan traje y corbata usen lo que saben para sacar adelante esto. Los jóvenes son quienes "train" fuerzas para hacer las cosas, a veces me desespera verlos metidos todo el tiempo en eso del "interne", con sus teléfonos en la mano todo el día, de nuevo me da gracia "prefiero morir de pie" dicen, cuando andan todo el día con la cabeza agachada metida en una pantallita y se están perdiendo el mundo que los rodea, ya no se hablan en persona ya ni comer sin eso pueden, se quejan de esclavitud y son ellos los que se dejan esclavizar, porque ser esclavo no es nomas tener un grillete en la "pata" ser esclavo es estar atado a cualquier "fregadera" que no te deja vivir como quieres, que no te deja ver más allá, pensar, razonar. Yo ya estoy viejo, y si pasa o no, pues ya ni lo veré; pero "uste" está en su "mero mole", "tons" dígame, si seguimos haciendo las cosas iguales todo seguirá igual ¿a poco no?, hasta los según revolucionarios siguen quejándose igual, y mire, nada cambia y nos siguen "chingando", ¿a poco "uste" con todo lo que lee y lo que platicamos, con todo el respeto que le tengo por sus estudios y se ve que es inteligente, a poco no cree que nos hace falta una Revolución de las de "averda" que primero nos haga cambiar a nosotros para después cambiar al mundo?.

                                                                                                                                   FABO