No quiero verte,
ni respirarte,
ni sentirte,
ni adorarte.
Pero cierro los ojos
y te veo andar en la penumbra,
con tu aroma a esperanza renovada,
con tu calor de verano nocturno
y te llevas mis ganas de ti.
No debo amarte,
ni debes amarme,
pero entre lo prohibido y lo correcto
¿quién me dice en dónde vivo
y en donde muero?
Te marchas,
y al mirarte a lo lejos
noto que una parte de mi se va contigo
dejándome sólo de mí mismo.
Tomo el camino de siempre,
y en el sendero me encuentro de frente
con tu recuerdo de hace rato
y mis ganas de tenerte siempre.
No debo quererte,
no debes quererme;
somos una promesa de tragedia griega
esforzándonos porque suceda.
¿Que pasará el día
en que nada nos detenga?,
¿será que tu historia y la mía
terminarán fundidas en una bella epopeya?
¿o será que el final
escrito en la arena
se borrará con la mano mar?
No pienso en ti, de verdad lo digo;
no piensas en mi, de verdad lo sé.
no debo quererte y me quieres,
no debes quererme y te quiero,
Nada esta en su lugar,
sin embargo quiero vivir en el caos
de perder la compostura por un instante,
en ese momento
en el que el sol
no nos encuentra más.
FABO
2 comentarios:
Muy lindo el poema, felicidades escribe usted muy lindo y con sus palabras hay quienes nos identificamos, a veces queremos que el destino confabule a nuestro favor.
Muchas gracias por estas palabras y por tu apoyo, me da gusto que te agrade mi forma de decir aquello que pienso y siento. Esto me motiva a seguir adelante con este blog.
Y es verdad el destino es tan incierto... pero dentro de esa incertidumbre estoy seguro que siempre encontraremos la respuesta correcta.
Saludos
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