Que hemos de saber vida mía
si la vida se nos escapa a gotas de felicidad
y no nos damos cuenta
porque nuestras manos no están entrelazadas.
Quisiera gozar esta vida
teniendote cerca hasta que muera,
pero en tus brazos
la inmortalidad se vuelve latente.
Yo que sé de la vida,
y la vida qué sabe de mi
si yo no he terminado de vivirla
y ella se muere por vivirme.
Qué hemos de saber,
si el abandono muto
es un triste porvenir
cuando no lloramos lo que nos queremos
y cuando dejamos que el querernos
nos pase de largo.
Aquí ya no caben arrepentimientos,
lo que fuiste, fuiste...
lo que fui, qué mas da...
Ya no nos queda espacio
para el maldito arrepentimiento
porque tu y yo no somos cobardes,
cobarde la vida
que no se atreve a ponernos juntos.
Te juro que ya no lloro,
mis ojos ya se han quedado en la estepa,
nos queda el "que hubiera sido"
y eso tiene un infinito de posibilidades.
Hay que aprender a querer y vivir,
y yo aprendí a quererte a la distancia,
pero jamás aprenderé a vivir sin ti.
FABO
(La Santa Cecilia; Amar y Vivir)
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