domingo, 7 de julio de 2019

Entre sueños y realidades...

La llama de la vela bailaba con cadencia un antiguo son cubano, parecía que el ritmo había nacido del mismo fuego pues la pequeña flama y la música tenían una sincronía perfecta.

Mis ojos se fijaban en esa llama tan intensa y tan pequeña, no podía dejar de verla como hipnotizado por un embrujo milenario, el murmullo del rededor parecía más el rumor de las olas bajas al romper en las rocas de la costa, ese sonido que cuando uno menos se espera desaparece y se vuelve parte de un ruido silencioso. Fue en ese momento en el que sentí un pequeño toque en el hombro derecho, por un momento pensé que lo había imaginado, hasta que un segundo toque acompañado de un "¿Interrumpo?" me regresaron a la realidad donde las voces eran más claras y el son cubano se había transformado en balada. Pero no fue hasta que giré para ver quién buscaba sacarme de un sueño perfecto que me di cuenta de que el verdadero sueño había comenzado, mi propia flama había llegado para tomar mi alma y llevarla a cualquier parte. Ella sonriente me miraba entre burla y condescendencia. Llegó en su vestido rojo, ese que tiene un escote delicado, pero tan sensual que podría decirse que invitaba al pecado, pero el mismo Cristo sabría que eso más que pecado era un milagro hecho mujer. Sus labios también en rojo y los pómulos con un poco de rubor, no sé si era el maquillaje o se dio cuenta de la forma en la que la miraba. Tomó mi mano mientras con su sonrisa seductora decía "Es linda la vista, pero preferiría sentarme, si no te molesta", y de nuevo caí en la vertiginosa realidad, me levante a toda prisa, ella besó mi mejilla... de nuevo en un sueño... tomé su mano y le ofrecí un asiento.

"Dos martínis" dijo cuando el mesero se acercó, me conocía tan bien que a veces pensaba que ella era sólo una proyección de mi mente, un pequeño estornudo... de nuevo la realidad... "disculpa, tal vez es un vestido inadecuado para una noche así" dijo de nuevo con esa sonrisa que lo perdona todo sin siquiera pedirlo... de nuevo en un sueño... sólo pude asentir con una sonrisa, parecía que hoy la retórica y yo nos habíamos distanciado. Por un instante permanecimos en silencio, sólo observándonos, "bueno, entonces... ¿a qué se debe tanto misterio?" la miré fijamente... de nuevo en la realidad... y justo cuando mi retórica parecía haberme dado una tregua llegó el mesero con los tragos, otra vez sólo pude asentir, levanté la copa y ella hizo lo mismo "Salud, por los que no dejan de hablar" me dijo con una sonrisa algo burlona y dio un leve sorbo a la bebida... de nuevo en un sueño..., yo en cambio, apuré a beber la mitad, la sed parecía un hierro que se fundía en mi garganta, bendito elixir que llegó justo a tiempo.

Me miró algo extrañada, y por qué no hacerlo, mi comportamiento era de lo más inusual... de nuevo en la realidad... tomé su mano, sonreí y le dije...

"Existen muchos besos, de muchos tipos y de muchas clases, de cariño, de comprensión, de deseo, de consuelo, de paz, de libertad, de arrepentimiento... existen abrazos tan diversos que van desde una mano en el hombro hasta una lucha entre sábanas... existen mañanas cálidas por el sol y otras por tu presencia, hay noches en vela que son por felicidad o por preocupación. Hay mares tranquilos y mares intempestivos, hay vida, y de esa hay mucha... pero vivirla, de eso no hay tanto, o se vive o se sobrevive, se vive feliz o no... yo te veo como un barquito de vela que surca estrellas con una gracia única, el viento de levante lo traes en tu mirada y las canciones brotan a tus pasos, no hay un instante en que no seas motivo o razón de algo y no sólo para mi sino para el mundo, si tu fueras veneno quisiera morir por él, si fueras batalla no me importaría ser tu aliado..." aquí la voz comenzaba a temblar, tomé la pequeña caja en mi bolsillo como si fuera el risco del cual pendía mi vida para no caer en un vacío... "Yo por eso quisiera darte todos los besos y abrazos del mundo, quisiera que mis mañanas sean cálidas hasta en invierno y que mis noches en vela sean por cuidar tu sueño, quisiera surcar todos los mares en ese barquito de vela, "... en ese momento coloqué mi rodilla en el piso y saque la caja con el pequeño anillo de brillantes, lo abrí despacio muy despacio... "No hay forma en la que yo pueda vivir si no es contigo a mi lado, no puedo ofrecer más que todo lo que soy, y todo lo bueno que pueda haber en mí, que es por tu causa, por favor ayúdame a ser mejor persona cada día de mi vida, sé motivo y razón de todas mis mañanas... hazme el honor de ser mi esposa"

Ella se levantó muy despacio, sus ojos estaban abiertos captando cada imagen, su rostro era de incredulidad, de felicidad y de temor...

Tomó mis manos, y una pequeña lágrima delatora rodó por su mejilla, una tenue sonrisa asomó por sus labios, la respuesta estaba por ser liberada...

.... de nuevo... un sueño...  


                                                                                                                 FABO

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