jueves, 27 de septiembre de 2018

Un día normal...

Amanece
y el sigilo de un nuevo día
se siente entrar por la ventana
con sus tímidos rayos áureos.

     Atardece
    y el día mira su plenitud
    escondido en los pasos firmes
    de un mundo en movimiento.

Anochece
y todo cae en un sopor nocturno
mientras la nubes acarician
un rostro suave de un pálido blanquecino.

      Mientras todo eso sucede
      la hoja en blanco me aguarda desafiante,
      y yo con más firmeza en el corazón  que en la pluma,
      te escribo....


                                                      FABO

  


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