Me niego a ahogarme en un pantano de negro lodo y esperanzas fallidas... dijo a la pared casi susurrando, mientas sus manos se deslizaban lentamente por su frío y liso color azul grisáceo. Su frente pegada a ella queriendo absorber su indiferencia, su mero estado de existencia, el ser sólo una pared fabricada de múltiples elementos y que al final sólo tiene una utilidad. La envidiaba, "maldita pared" imperturbable, inmutable, afónica, inerte, insensible, estoica y atemporal. Puede ser que su color se pierda y poco a poco los granos de concreto que la compongan se vayan separando uno a uno por el pasar del tiempo; pero ella no lo notará, jamás sabrá que existió alrededor de ella un hogar, una ciudad, un país, un mundo, un universo... que personas rieron y lloraron junto a ella, que se gritaron improperios y que palabras de amor fueron susurradas en oídos extasiados.
Ella no sabe de reformas constitucionales o de mandatos divinos, no venera a un dios que la hizo ni maldice a un demonio que la hará sucumbir, ella no peca ni obra con moral. Esa pared no sufre por amores o desventuras, la economía le da un carajo al igual si una pared al otro lado del mundo es su familiar. Le da lo mismo su nacionalidad pues ni siquiera se sabe pared. No es racista con las paredes hechas de adobe o de tablaroca y mucho menos le importa su color o textura. Esa pared no sabe de pintura ni poesía, a pesar de que pueda estar rayada con una frase soez, o adornada con una sublime pieza de Velasco... a ella le daría lo mismo ser pared de consultorio colgando títulos rimbombantes, que ser pared de casa humilde donde viven más de diez.
Me niego a sentir, me niego a llorar por desamor y ausencias, me niego a ser partícipe de un mundo en el que todo tiene precio y a su vez nada vale... Yo quiero ser pared yo quiero dejar de sentir y que me importe, me niego a dar mi vida por un ideal, es más, me niego a tener vida, ni la he pedido y se me ha dado, ¿por qué no es de esa misma forma el amor o la riqueza?, ¿quién es digno de una o de otra?... quiero ser pared... quiero ser pared...
Sus puños temblaban y las lágrimas recorrían sus mejillas como ríos alimentados por la angustia de saberse derrotado. Su cuerpo delgado, se sentía más frágil que nunca, poco a poco fue cayendo sobre sus rodillas hasta quedar con el rostro inmerso en unas manos, que ya no temblaban; no porque no quisieran detenerse, sino porque la fuerza menguaba.
Sintió entonces una mano reconfortante en su hombro, pero ni siquiera tuvo el valor de girarse y saber quién buscaba su atención. ¿Qué más daba que fuera Dios o el diablo?...
"Sabed amigo mío, y lo llamo amigo porque como el latín de la que proviene esta palabra, yo lo amo. No por ser hombre, ni siquiera por ser humano... lo amo por ser, por eso y no más... Sea usted pared si así lo desea, sea usted lo que quiera, menos un derrotado. Si es pared, sea pared de orfanato y dé cobijo a los desprotegidos, sea pared de cuartel y defienda a los que defienden su causa, sea pared de hogar y proteja de las inclemencias del tiempo a una madre y sus hijos, sea pared de oficina y brinde un espacio para que alguien se gane la vida, sea pared de museo y resguarde los tesoros del mundo, sea pared de templo antiguo y dé fe de lo grande que la humanidad ha sido dando testimonio de que no todo está perdido... Sus palabras suenan desesperadas, pero es a causa de un corazón grande que se siente destruido, las penas duelen, pero no matan, la reconstrucción de un templo como el suyo a veces lleva más de tres días... La banalidad no va con usted, por eso sus dolores son los del mundo y no sólo los suyos. sus pensamientos se elevan y su conciencia le grita Marcha... usted ponga el rumbo. No mi amigo, usted está muy lejos de sólo ser pared, usted está destinado a ser templo, constrúyase con los ladrillos de ese antiguo ser que era y que hoy por sus ideas está roto, tenga valor de conocerse y que la vida no se le pase de largo, que el día que ésta se le escape se dará cuenta que desperdició el más grande don que se le ha dado... el don de ser usted."
Giró entonces su rostro y sosteniendo su hombro se encontraba él... con una mirada en calma y una sonrisa casi paternal... por un momento no comprendió nada hasta que ese "él" se alejó lentamente...
Un fuerte ruido sonó haciéndolo despertar, la fotografía que tenía en el buró había caído por el movimiento brusco de su mano, levantó la foto y la observó con detenimiento... "Mañana empezamos a construir" dijo... mientras limpiaba una lagrima causada por el mejor sueño que había tenido en su vida.
FABO