Todo se detiene a su paso, y con ella,
el espíritu se llena más allá de los sentidos.
Quizá es fuente de inspiración divina,
un instante de paraíso
iniciando en su mirada,
esperando en su vientre suave,
rompiendo en su pecho candente,
orando en sus labios eternos.
Muriendo en un suspiro profundo,
iniciando todo con una palabra.
He decidido quererla por siempre,
ella es y será en todo momento
razón, causa y pretexto
mediante el cual justifico mi locura,
otro día más, otro...
sin ella en mi cama, pero si en mi mente,
adornando mi destino incierto con la certeza de su ser.
Lucía bella con su sonrisa grande,
una ilusión tangible
como una ola que desaparece en la costa
iniciando con fuerza imparable,
agonizando en por beso, sólo uno... y no más.
FABO