tropiezo con tu recuerdo por las calles
y le ofrezco mis más sinceras disculpas.
Le ayudo a levantar esas memorias
que cayeron por los suelos,
y nos miramos fijamente
reconociéndonos de antaño.
Por un instante nos quedamos inmóviles
analizándonos,
tratando de recordar de dónde nos conocemos,
con una sonrisa hipócritamente educada.
Nos damos una palmada en el hombro
sin importar lo sucedido,
cada quien toma su camino
andando como si nada.
Pero llega la intriga y volteo,
viendo tu recuerdo alejarse por la vida,
entonces prosigo con la mía.
Pero llega la intriga y voltea,
observándome alejarme de su influencia,
entonces prosigue hacia su olvido.
Como es costumbre
no concordamos,
siempre estuvimos desfasados
por un segundo de diferencia.
FABO