domingo, 29 de diciembre de 2013

Carta desde Ko Tao...

Hoy tengo la fortuna de escribirte desde la hermosa Ko Tao, la isla tortuga, es una joya que se encuentra en el golfo de Tailandia dentro del profundo azul del mar de la China meridional; la isla es pequeña pero de una enorme belleza, así como tú, tiene esa belleza impactante que se aprecia por su sencillez, no le hace falta más para impactar a los sentidos. La gente es amable y tranquila, aquí la vida pasa tranquila como los peces de colores nadando entre los hermosos corales que son una obra de arte, los distintos tonos que adquiere el mar por la luz del sol te hacen sentir sumergido en un cuadro impresionista donde las formas se notan y a su vez se mezclan dando un sentido de que todo por mas distinto que sea sigue siendo parte esencial de lo mismo; como tú y yo, es claro que somos distintos sin embargo estamos sumergidos en nuestro propio mar de sentimientos donde cada parte es primordial para estar juntos, para crear nuestra propia isla y vivir en ella siempre. El viento sopla a veces trayendo ese aroma a mar lejano, golpeando el cuerpo con un poco de arena y me hace sentir lo grande que es la vida y la dicha que tengo de estar en ella en estos momentos, donde tengo la suerte de ver esta bahía y tengo la suerte de que tu y yo seamos contemporáneos. Por las noches las estrellas se asoman con todo su esplendor entre algunas nubes, el reflejo en el mar te hace sentir que estas flotando en el espacio como una estrella más, como cuando estamos juntos brillando como dos soles de una misma constelación. La isla de Ko Tao me ha enseñado que las cosas más hermosas suelen ser las más sencillas, así como mi amor por ti, que se da sencillamente porque estamos destinados a ser juntos y no podría ser de ninguna otra manera.
                                                                                                                                    
                                                                                                                                            FABO

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Carta desde el norte de Tailandia...

Hola mi hermosa, hoy te recuerdo desde el norte de Tailandia, el gran país de los elefantes y los contrastes; quiero contarte que he tenido la oportunidad de estar en Xian Mai, Sukhothai y Ayutthaya las cuales son fascinantes, son las ciudades pilares en las historia de este gran país el cual me recuerda mucho al nuestro; los antiguos templos con los budas imponentes pero de rostro sereno me hacen recordar mi camino por el mundo, debo de entender que el mundo gira y las cosas suceden de cierto modo, debo de dejar de pensar en si es bueno o malo, simplemente así sucede y uno debe de ocuparse de lo que sucede en el momento que está pasando y tener las paciencia de esperar el futuro, esto me lleva a pensar en ti, te extraño y de verdad a veces siento que la vida se me va al no tenerte a mi lado y darte los buenos días, sin embargo también sé que todo lo que he aprendido me ayudara a crecer como persona y con ello estar preparado para ayudarte y darte mi mano en todo momento que lo necesites, como siempre lo he hecho pero esta vez con más experiencia; Tailandia te envuelve y te hace reflexionar sobre muchas cosas, definitivamente mi vida se ha enriquecido conociendo su historia de cerca, viviéndola, como cuando estoy a tu lado viviéndote, recorriéndote, conociendo tu historia y esperando ser tu futuro.
                                                                                                                                                      FABO

sábado, 7 de diciembre de 2013

Carta desde Luang Prabang...

Hoy te escribo desde la tranquila y adormilada Luang Prabang, sus pequeñas calles llenas de templos budistas hacen que me sienta a su vez en un gran templo, la gente contrastante con sonrisas y seriedad al mismo tiempo hacen darme cuenta de lo ambiguo que podemos ser, dentro de nosotros fluye energía que puede ir en ambos sentidos a la vez sin que una sea buena o mala,  lo importante es encontrar en equilibrio, el balance dentro de nosotros mismos; aquí he aprendido que el respeto es la base de todo y no sólo al prójimo sino a uno mismo. El gran río Mekong se muestra imponente abriéndose paso por la espesa selva Laosiana, las pequeñas barcas recorren sus corrientes deslizándose como pececillos azules de un extremo al otro, al cruzarlo me siento inmerso en la naturaleza que me rodea y me doy cuenta que yo formo parte de ella y tu formas parte de mí y ambos de un todo, somos una fusión de cuerpo y espíritu; cuando te beso, cuando te abrazo, cuando te observo, cuando te hablo, cuando te pienso, soy yo tratando de que seamos uno mismo en diferente lugar. Por eso te quiero, porque no me complementas ni yo te complemento,  sino que ambos formamos un nosotros que nos vuelve uno sólo.
                                                                                                                       
                                                                                                                                                    FABO

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Carta desde Siem Reap...

He llegado por fin a la exuberante Asia, la de los sueños e historias, la mítica y hermosa; Cambodia es fascinante, la belleza de su paisaje selvático te hace sentir en existencia primordial, básica, donde puedes llegar a encontrar el fundamento de ti mismo, Angkor Wat es el mejor lugar para hacerlo, se respira paz y tranquilidad en cada uno de sus templos, no importa qué religión se tenga, un lugar así se disfruta siempre, te lleva a la reflexión de tus acciones y tu porvenir, a encontrar un camino y trazar el recorrido, en general es encontrarte a ti mismo por el simple hecho de ser tú. Algo similar me sucede al verme reflejado en tus ojos, la naturalidad con la que me encuentro en ellos y me ayudan a entenderme y a entender mejor mi mundo; en Siem Reap la vida es simple y natural, como tú y yo al momento de estar juntos.

                                                                                                                                              FABO